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jueves, 20 de marzo de 2025

VILLA DEL PARQUE

MANIFESTACIÓN PACÍFICA


Chicos y grandes...

UNIDOS EN APOYO A LOS JUBILADOS




El día 19 de marzo, a la par que en las inmediaciones del Congreso Nacional se desarrollaba una nueva e importante manifestación de jubilados que en esta ocasión estuvieron acompañados por movimientos sociales, partidos políticos, sindicatos, asambleas ciudadanas y personas que se solidarizan con la causa, en Villa del Parque se realizó la primera expresión de apoyo a los adultos mayores que están viendo vulnerados sus derechos. La intención de este encuentro también fue hacer un llamado de atención contra todo tipo de violencia institucional.

Esta autoconvocatoria la llevó adelante un grupo de mamás de una escuela pública del barrio sin ninguna connotación político partidaria. Acudieron a la cita junto a sus hijos e hijas que portaron carteles, banderas argentinas y escribieron mensajes con tiza con su puño y letra en la parecita del cantero central. En ellos podía leerse: “Queremos jubilaciones dignas”; “Los apoyo, soy de Venezuela”; “Apoyamos a los jubilados”; “Vengan todos acá”; “Todos seremos jubilados”.

Pero la frase más impactante que escribió una de las nenas fue “Cuando te jubilás ya no importa nada”. Le preguntaron porqué habÍa escrito eso, la cruda respuesta fue “porque cuando llegás a viejo ya no le interesás a nadie”. Esta es quizás la síntesis más dolorosa que un niño está percibiendo de la verdadera violencia que se está ejerciendo sobre los adultos mayores. Es cierto que hace años los jubilados vienen padeciendo injusticias, pero en el último año se vieron particularmente profundizadas y agravadas porque a las magras jubilaciones que se vieron aún más postergadas, se sumó la quita de medicamentos y otros beneficios que eran una ayuda adicional para quienes perciben los salarios más bajos.




Nuestro medio pudo conversar con una de las mamás y nos contó un poquito más de esta convocatoria: “Nos movilizó lo que sucedió el miércoles pasado (12 de marzo). Estamos también recontra indignados por la jubilación que ganan “los viejos” y el destrato que tienen hacia ellos: todos los trámites que les exigen en el PAMI, que son una locura...”

Y más adelante nos como atraviesa su familia esta realidad... “Mi papá es un hombre que laburó toda su vida. Ahora está cobrando la PUAN, que significan $256.000 por mes. Mi papá es paciente oncológico. Hasta hace menos de un año recibía todos los medicamentos 100% gratuitos, ahora más de la mitad de su ingreso va directo a pagar los remedios (...) aquellos [jubilados y/o pensionados] que no cuentan con apoyo de familiares que los ayuden, se mueren...” Y pasó a graficarlo... “vas a la farmacia y te das cuenta que hay un montón de medicamentos que las personas mayores dejan en el mostrador porque no les alcanza el dinero. Yo misma el otro día no pude comprarle los remedios a mi viejo porque no me alcanzaba la plata y las tarjetas ya las tengo todas explotadas”.

Y concluyó... “por un lado nos dicen que la canasta básica de un jubilado es $1.250.000 y lo que reciben Ade bolsillo son $256.000. Parece un chiste. Fue todo esto lo que nos llevó a no quedarnos en casa y empezar a manifestarnos en la plaza de nuestro barrio. La idea es manifestarnos semana tras semana. Esperamos que se sigan sumando vecinas y vecinos”

viernes, 14 de febrero de 2025

CIUDAD DE BUENOS AIRES

MÁS QUE UNA NECESIDAD...


BAÑOS PÚBLICOS

Un derecho cercenado. Las normativas que no se cumplen.


Buenos Aires es una ciudad maravillosa. Recorrer sus callecitas, descubrir rincones casi desconocidos, disfrutar la historia y la vida de los barrios puede ser una linda aventura… hasta que tengas una “urgencia sanitaria”

En ese momento, el paseo se puede transformar en una pesadilla cuando te cruzás con un cartel que te frena en la puerta de un bar, de una confitería ó restaurante que dice “baño exclusivo para clientes” o lo que es peor, entrar confiado y chocarte con la puerta de sanitarios cerrados que solo pueden abrirse mediante “códigos de seguridad” disponibles únicamente para comensales. 

Dentro de las pocas alternativas posibles para superar una urgencia es que estés cerca de un baño público, de los pocos que existen y están habilitados en la ciudad de Buenos Aires, ó tengas la infinita suerte de estar en un shopping o estación ferroviaria o en proximidad de una estación de servicio que te permita acceder a sus toilettes. 

Estos son los momentos en que verás una de las caras "menos amigables” que tiene nuestra ciudad a la hora de brindar estas respuestas. Y quizás, lo más triste es comprobar que todo esto se hace a expensas de la normativa que no se cumple, que solo rige en el papel y que a nadie parece interesarle que se ponga en práctica… mientras tanto… ¿sólo nos queda aguantarnos?

Es decir, vivimos en una ciudad que pone a prueba el control de esfínteres de los casi tres millones de porteños cuando nos toca circular por la vía pública para realizar nuestros quehaceres, a las otras millones de personas que a diario cruzan los límites con la provincia de Buenos Aires para realizar sus actividades, a los visitantes que vienen de otras regiones del país o a los turistas extranjeros que suelen encontrase con esta desesperante realidad.


Los baños de las estaciones ferroviarias y de los shopping son los lugares más accesibles. Cuando
se remodeló la Estación Constitución (ferrocarril Roca) se refaccionaron íntegramente los baños 


De los treinta y tres baños públicos que dispone la ciudad de Buenos Aires en espacios verdes, muy pocos están efectivamente habilitados y son de libre acceso. Los existentes en las estaciones de subte, en su mayoría están clausurados y a los baños de los polideportivos que dependen de la ciudad solo pueden acudir aquellos que realizan actividades deportivas en ellos.

En la Comuna 11, hay dos espacios verdes que disponen de baños, uno está en el SUM de la plaza Aristóbulo del Valle (Cuenca 2600) y otro en el nuevo SUM del Patio de Villa del Parque (Santo Tomé 3460). Este último reabrirá sus puertas el próximo 20 de febrero, luego de una remodelación integral. Ante nuestra consulta, la comuna nos comunicó que estas toilettes, en general, son para uso de las personas que realizan actividades en esos salones y sólo se puede acceder a ellos en los horarios en los que esos espacios están abiertos.

Aunque hoy vivamos esto de manera resignada y como parte de una “cruel normalidad”, hay que decir que esto no forma parte de la legalidad y que históricamente nuestra ciudad se caracterizó por ser mucho más hospitalaria en esta materia. Es más, antiguamente Buenos Aires disponía de una acabada oferta de baños públicos.

Quienes ya tenemos unos cuantos años, recordamos que acceder al baño de un bar o de cualquier otro local del rubro gastronómico era prácticamente un “derecho adquirido” y a ningún dueño ó encargado se le pasaba por la cabeza negarlo. Solo bastaba preguntarle al mozo o al personal de la barra dónde estaban los sanitarios y lo más usual era que indicaran “al fondo y a la derecha”.

Haciendo una recopilación histórica, pudimos recabar que Buenos Aires supo tener baños públicos de calidad y en cantidad, algo que se fue extendiendo al compás de políticas públicas que sobrevinieron después de grandes epidemias y a instancias de las nuevas corrientes que propiciaban la higiene personal como un hábito saludable. Así, se inauguraron edificios exclusivamente destinados a “baños populares”.

Mingitorio (en la esquina) que supo haber
en esquinas de Buenos Aires hasta 1923
Los primeros mingitorios en la vía pública aparecieron en 1872, eran de madera y chapa, solían estar debajo de las avenidas y en esquinas. Los había en el Paseo de Julio, hoy Leandro N. Alem, en las plazas Lorea, Suipacha, Constitución, Once y en la intersección de
 Callao y Santa Fe. Los primeros servicios de este tipo no daban privacidad y fueron bastante antihigiénicos porque despedían un olor amoniacal que invadía las calles. Funcionaron hasta 1923.

En ese año la Municipalidad de Buenos Aires dictó una Ordenanza que llevó a instalar los primeros baños públicos subterráneos en los barrios porteños de Belgrano, Parque de los Patricios, Constitución, Caballito, Boedo, Barrio Norte y Congreso. Y más tarde se fueron ampliando, llegando a Nueva Pompeya, La Boca, Parque Patricios y Mataderos. Solían ser colocados en plazas y parques de importancia.

En Parque Lezama funcionó un baño público majestuoso, una especie de templete circular que coronaba la barranca y se enfrentaba a la avenida Martín García. Contaba con escaleras de mármol, azulejos blancos hasta el techo y cañerías de bronce a la vista, siempre estaban impecablemente limpios. Para las mujeres había otro a nivel frente a la legendaria calesita. El primero terminó sepultado y solo sobrevive como modesta glorieta protegida por el techo original. El de mujeres fue demolido hace muchísimos años.

Baños públicos que funcionaron
en plaza Irlanda. Actualmente cerrados
Los baños de plaza Lorea (Congreso) contaban con 6 inodoros y 4 lavatorios para mujeres y 6 mingitorios, 6 inodoros y 4 lavatorios para los hombres. Se accedía mediante una escalera para el sector masculino y otra para el femenino. Era una boca como las de ingreso en los subtes, pero algo más angosta, con rejas ornamentadas y cuatro columnas de cemento que sostienen una elegante pérgola. Se bajaba por una escalera de mármol blanco de una veintena de escalones. Sobreviven vestigios. Había otros sobre la calle Perú, a pasos de la Avenida de Mayo y de la Legislatura porteña.

También existieron duchas públicas. Eran gratuitas y atendidas por empleados municipales que proveían a los usuarios de jabón y toalla. Estos espacios eran muy utilizados por obreros de fábricas y personas que habitaban pensiones o conventillos que carecían de instalaciones sanitarias adecuadas. Algunos memoriosos aún recuerdan las largas colas que se formaban para bañarse. Estaban en Caseros 75, Avenida Sáenz 346, French 2459, Córdoba 2226 y Caseros 768.

Hacia 1926 se estima que lo utilizaban unos 880.000 vecinos.

A medida que la ciudad se fue urbanizando y aumentó el número de baños privados en confiterías, cines y galerías comerciales, el municipio se fue desentendiendo y ya para mediados de la década del ´60 se perdió como política pública.


¿QUÉ DICE LA LEY?

En la ciudad de Buenos Aires está vigente la Resolución N° 46798/93 dictada por el entonces Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires que obliga “a los propietarios de confiterías, bares, restaurantes, salones de té, etc., de esta Ciudad (…) liberen el uso de las instalaciones sanitarias para toda aquella persona que así lo solicite haya o no efectuado consumición”.

Además, en el año 2018 la Legislatura sancionó la Ley N° 6107 - promulgada por Decreto 6/2019-, que dispuso la creación de baños de uso público en parques situados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El artículo 3° de dicha norma establece “la implementación de los baños públicos se realizará gradualmente en el plan de etapas que oportunamente determine la Autoridad de Aplicación en parques de una superficie de un mínimo de 3 (tres) hectáreas”. Sin embargo, nunca fue reglamentada por el Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires.

Esta ley que se sancionó un 13 de diciembre de 2018 con 54 votos a favor y por unanimidad de los miembros presentes, nunca fue reglamentada.

Asimismo se establecen cuáles deben ser las condiciones que debe ofrecer un baño público en función del código de habilitación. Para funcionar debe contar con gua fría y caliente, toallas de papel o secamanos que funcione con aire y contar con jabón líquido para lavarse las manos.

El jabón en barra, suelto o el que está sujeto a una ménsula móvil, ya no se pueden utilizar.

Para no ser clausurado, un baño público de un bar, un restorán, un local bailable o una estación de servicio debe estar, en principio, limpio y desodorizado, tarea que debe realizarse todos los días, y varias veces al día, si fuese necesario. Si se trata de un lugar con servicio de comida, en cualquier de sus formas, la limpieza de ese baño no puede estar nunca a cargo de una persona que en el mismo lugar se ocupe de elaborar alimentos.

Además, la ley 26.743 de Identidad de Género, sancionada en 2012, establece que todo individuo debe ser tratado de la manera “que se percibe” para llevar una vida diga y plena, por lo que a la hora de utilizar un baño público, elegirá ir al que no lo haga sentir incómodo.

Es decir, no es necesario sentarse y pedir algo para aprovechar el sanitario. Y mucho menos es legal el cartel que dice “el baño es solo para uso de los clientes”. Es un derecho. La ley no habla de tiempo de permanencia.

Si alguna vez te niegan el acceso a un baño en la ciudad de Buenos Aires por no haber consumido, podes hacer la denuncia correspondiente ante diferentes organismos de Defensa al Consumidor, organismos de control como es la Agencia Gubernamental de Control (AGC) CABA e incluso en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

Aunque, a decir verdad, resulta pretencioso y muy difícil de hacer cumplir la legislación vigente a los privados, obligándolos a brindar un servicio gratuito sin ninguna retribución por el mantenimiento del lugar, cuando el Gobierno de la Ciudad no cumple con la ley 6107, que se autoimpuso a través de la Legislatura y que hasta el momento no se reglamentó.

Todas estas irregularidades las terminamos pagando los habitantes y visitantes que debemos padecer estas circunstancias. 

Haciéndose eco de esto, la diputada porteña Graciana Peñafort presentó en noviembre de 2024 un pedido de informes e invitó a sus pares del cuerpo a acompañar el proyecto, donde solicita al Poder Ejecutivo comunique “la situación general de funcionamiento de baños públicos en los parques y espacios verdes de la ciudad. Remita el listado de los que se encuentran en funcionamiento consignando ubicación, horarios de apertura y cierre y área responsable de su mantenimiento”. Especifique si “están equipados con vestuarios o duchas de uso público”. Por último, también se pide que el Jefe de Gobierno de a conocer por qué no se reglamentó la Ley 6107 y en qué plazos planea hacerlo.


BAÑOS QUÍMICOS

Los llamados baños químicos son obligatorios cuando se requiera la estancia de un grupo de personas en un lugar alejado de sanitarios o cuando no exista la cantidad suficiente para el caudal de gente que se va a juntar, dada una circunstancia especial. Los casos más comunes son los de las obras en construcción y los recitales.

La ley 5641 de Eventos Masivos, sancionada en 2016 en la Ciudad de Buenos Aires establece que son necesarios, en caso de espectáculos públicos, a razón de dos lavabos y dos retretes cada mil personas, que estos pueden ser químicos, y superadas las primeras mil personas se sumarán un lavabo y un retrete por cada cien o fracción mayor a 20.

En caso de instalarse baños del tipo químico para el público concurrente se deberá acompañar la correspondiente contratación donde se especifique la cantidad de baños a emplazarse.

Los baños públicos si bien son indispensables para todos, mucho más lo son para los adultos mayores, los niños, las personas con discapacidad y aquellas que atraviesan una emergencia y se encuentran en situación de calle. Solucionarlo y hacer cumplir la ley es un deber de todos.

martes, 23 de abril de 2024

EDITORIALES

NOTA DE TAPA


SI SE PIERDE LA SALUD, LO DEMÁS NO IMPORTA NADA


Escribe: Lic. MÓNICA RODRÍGUEZ - Dirección


La Organización Mundial de la Salud (OMS) define que “la salud no sólo es la ausencia de enfermedad, sino un estado de completo bienestar físico y mental, en un contexto ecológico-social propicio para su sustento y desarrollo. La salud descansa en la esfera de prácticamente todas las interacciones, sociales y culturales y es, con ellas, un componente sinérgico de bienestar social”.

Visto de esta manera, la salud es un concepto amplio, complejo, dinámico, abarcativo de las diferentes dimensiones de la vida humana y componente esencial en términos de cantidad y calidad de vida, a la vez que contribuye de manera fundamental en la realización de nuestros proyectos individuales y colectivos.

El derecho a la salud, como derecho humano, está reconocido en numerosos convenios internacionales y regionales y puede ser definido a partir de una serie de elementos que deben estar presentes para lograr su efectividad: derecho de acceso a los servicios de salud y asistencia médica, como así también el derecho a condiciones esenciales y determinantes de la salud (acceso al agua potable, adecuada nutrición, vivienda digna, condiciones sanas de trabajo y el medio ambiente, acceso a la educación y derecho a la información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud sexual y reproductiva). Hay cuatro elementos que no pueden estar ausentes:
  • 1) Disponibilidad. Se deberá contar con un número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de salud, así como de programas de salud.
  • 2) Accesibilidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deben ser accesibles a todos en cuatro dimensiones: no discriminación, accesibilidad y económica (asequibilidad) y acceso a la información;
  • 3) Aceptabilidad. Todos los establecimientos, bienes y servicios de salud deberán ser respetuosos de la ética médica y culturalmente apropiados, a la par que sensibles a los requisitos del género y el ciclo de vida.
  • 4) Calidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deberán ser apropiados desde el punto de vista científico y médico y ser de buena calidad.

El reto es lograr que los Estados articulen su legislación, políticas públicas y acciones tendientes a asegurar un sistema de salud pública que incluya todos estos elementos.

Desde la recuperación de la democracia, nuestro país hizo importantes avances en materia de reconocimiento del Derecho de la Salud, pero los resultados concretos aún son insuficientes, están lejos de alcanzar estándares adecuados para el desarrollo. Y los giros que desplazan al Estado en las políticas públicas de salud pueden producir estragos sobre inmensas capas de la población.

La pandemia de COVID-19 demostró la importancia del Estado al momento de la atención de los enfermos como la relevancia de la prevención a través de sistemas de vacunación universales que protejan a la comunidad de males mayores.

Hoy atravesamos otra encrucijada frente a una epidemia de dengue que ya acumula más de 269.000 casos confirmados y los muertos superan los dos centenares en un brote que no registra antecedentes. Aquí nuevamente la decisión que tome el Estado Nacional, los Estados provinciales y la ciudad de Buenos Aires son determinantes. Introducir la vacuna del dengue en el calendario oficial puede para muchos que han tenido la enfermedad y para ciertos segmentos de mayor riesgo, ser la diferencia entre la vida y la muerte frente a nuevos brotes en los próximos años.

Tampoco podemos obviar que los embates que la crisis económica y el superlativo ajuste está golpeando a las familias. Los aumentos desmesurados de las prepagas, los descomunales aumentos de medicamentos, la pérdida de fuentes laborales que dejan a una porción de la sociedad sin obras sociales y a monotributistas que se atrasan en los pagos sin la posibilidad de acceder a sus coberturas son también parte de una realidad que termina recayendo en el sistema de salud pública, que debe estar preparado para atender a una mayor demanda.

Una sociedad que piense con visión de futuro, no puede ignorar el papel determinante que la salud tiene como derecho humano fundamental y el vínculo estrecho y sinérgico que entre ellos hay.

lunes, 22 de mayo de 2023

EDITORIALES

NOTA DE TAPA


LOS PORTEÑOS QUIEREN SABER DE QUE SE TRATA


Escribe: Lic. MÓNICA RODRÍGUEZ. Dirección


El próximo 10 de diciembre los argentinos estaremos celebrando 40 años viviendo en democracia ininterrumpida, algo que no es poco en un país que tuvo los anteriores 50 años signados por continuos golpes institucionales que derrocaron gobiernos legítimamente elegidos por el pueblo.

Estas cuatro décadas no han sido fáciles y el resultado es una democracia imperfecta, que algunos denominan de “baja intensidad” porque tiene grandes asignaturas pendientes, sobretodo en materia institucional, social y económica. Es una democracia donde la clase política no ha sabido zanjar sus diferencias más elementales -está a la vista que se han profundizado- para arribar a un proyecto nacional equitativo con directrices que garanticen la inclusión de los sectores más vulnerables y una movilidad social ascendente que premie a quienes día a día luchan para seguir adelante y trazarse un mejor porvenir.

En ese devenir de nuestro país, se produjo la reforma constitucional de 1994 en la que se le otorgó a la Ciudad de Buenos Aires su autonomía, sin dejar de ser capital de la república y asiento del gobierno federal.

Este fue el puntapié inicial para que la Convención Constituyente porteña sancionara el 1º de octubre de 1996 una Carta Magna progresista que consagra para nuestra urbe una democracia participativa, atribuyéndole al ciudadano un rol directo y protagónico. Así se contempla que el “vecino” deberá ser convocado a Audiencias Públicas para la sanción de determinadas leyes, podrá apelar al derecho de iniciativa popular, ser llamado a votar en referéndums o bien invitado a votar en consultas populares no vinculantes. Inclusive el electorado se reserva el derecho a requerir una revocatoria de mandato de funcionarios cuando hubiere causas que lo ameriten.

Pero el aporte más sustantivo de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires al ejercicio de la democracia participativa es la creación de las comunas (art. 127 y ss.). Concebidas como “unidades de gestión política y administrativa con competencia territorial”. 

En Villa Devoto el colectivo "DEVOTO UNIDO"
lucha para reformar el Código Urbanístico,
el Distrito del Vino y mantener una mejor convivencia
con el polo gastronómico
Esta ley de leyes les asigna a estas unidades políticas y administrativas facultades exclusivas en sus territorios sobre temas relevantes, como la elaboración de un anteproyecto de presupuesto anual, y la ejecución del mismo; la iniciativa legislativa y la presentación de proyectos de decretos al Poder Ejecutivo; el mantenimiento de las vías secundarias y los espacios verdes; y la administración de su patrimonio. Y también les otorga facultades concurrentes con el poder central de la ciudad, entre otras se hallan el fiscalizar y controlar el cumplimiento de normas sobre los usos del espacio público y el suelo conforme lo asigne la ley; decidir y ejecutar obras públicas, prestar servicios públicos, ejercer el poder de policía, evaluar demandas y necesidades sociales, participar en la planificación y control de los servicios.

Siguiendo los preceptos constitucionales, las comunas cuentan con un órgano ejecutivo, la Junta Comunal, con siete integrantes elegidos en forma directa con arreglo al sistema de representación proporcional, conforme al caudal de votos obtenido por los distintos partidos políticos. Otro instituto fundamental es el Consejo Consultivo Comunal, un órgano “de deliberación, asesoramiento, canalización de demandas, elaboración de propuestas, definición de prioridades presupuestarias y de obras públicas y seguimiento de gestión”, integrado por representantes de entidades vecinales no gubernamentales, otras formas de organización, redes y vecinos domiciliados dentro del territorio.

Es así como la legislación que estructura institucionalmente la ciudad garantiza la democracia participativa y abre camino al ejercicio pleno de la misma en la toma de decisiones políticas.

Sin embargo, esta voluntad de los constituyentes y legisladores que quedó plasmada en la letra de molde y en el papel no encontró una rápida implementación.

En Villa Santa Rita, los vecinos agrupados en el colectivo
#unaplazaparavillasantarita lograron que pronto
esa demanda será una realidad
En este sentido, podríamos comenzar diciendo que el proceso de creación de las comunas se demoró casi quince años y estas unidades de descentralización recién vieron la luz en el año 2011. Y desgraciadamente esto no ocurrió porque fuera la voluntad política de los gobernantes de turno sino que se debió a una interposición ante la justicia de un pueblo que no se resignó a seguir demorando el ejercicio de sus legítimos derechos.

A doce años de aquel nacimiento debemos decir que los vecinos de la ciudad seguimos pariendo la democracia participativa con forceps porque hoy el texto constitucional se sigue asemejando a una suerte de catálogo de buenas intenciones y políticas públicas incumplidas.

Es así como salvo algunas excepciones, el funcionamiento de las comunas es deficiente, burocrático y atiende más a las directivas que bajan del gobierno central que a responder a las demandas de la representación que le deviene de sus electores.

A resultas de lo cual vivimos en jurisdicciones donde las facultades exclusivas de la comuna solo pueden ser ejecutadas en función del presupuesto que determine y devengue el Poder Ejecutivo porque nunca se les permitió a las comunas elaborar su propio presupuesto participativo, donde queden plasmadas las prioridades, una vez debatidas y consensuadas por la ciudadanía de cada territorio. A tal punto llega la dependencia y ausencia de descentralización que la mayoría de estas unidades políticas no disponen de CUIT propio ante la autoridad fiscal y el presupuesto participativo fue suplido algunos años por “Buenos Aires elige”, una plataforma digital donde los vecinos podían volcar sugerencias para sus barrios.

Si nos referimos a las facultades concurrentes también está obturada la participación real del vecino en el diseño, implementación y control de las políticas públicas que se llevan a cabo en sus barrios, porque los órganos naturales, que son los Consejos Consultivos, no funcionan adecuadamente y/o no existe un diálogo con las juntas comunales para articular sus sugerencias y propuestas.

En su lugar, se suele invitar a los vecinos a “reuniones de cercanía” con los funcionarios donde en general se promueve y se privilegia dar la palabra a reclamos de carácter individual a vecinos que apuntan a “su metro cuadrado” antes que dar lugar a planteos de preocupaciones generales y colectivas.

Dentro de esta dinámica y funcionamiento la coalición gobernante supo tejer alianzas con otras fuerzas políticas en la legislatura, logrando conformar las mayorías suficientes para sancionar leyes que fueron diseñando un modelo de ciudad que nunca se ocupó de pasar por el tamiz de la democracia participativa y a medida que avanza va encontrando oposición en vecinos que sufren las consecuencias directas de políticas que impactan de lleno en su calidad de vida y por ello comienzan a alzar la voz porque quieren ser partícipes, sienten que la ciudad es de quienes residimos en ella.

Algunas de las políticas que están siendo más controvertidas son las que tienen que ver con la sanción e implementación de los nuevos Códigos Urbanísticos y de Edificación que se llevaron adelante antes de haber cumplimentado el obligado paso previo que debió haber sido la actualización del Plan Urbano Ambiental; los proyectos a realizarse sobre el borde costero, la venta de tierras públicas; las “calles verdes”; las obras realizadas sobre el casco histórico; el déficit de espacios verdes y tierras absorbentes frente al efecto isla de calor y amenaza de inundaciones producto de la crisis climática; el uso y abuso del espacio público y la creación de distritos económicos, como el distrito del vino en la Comuna 11, están movilizando a la población.

Es así como muchos vecinos que no encuentran por dónde canalizar sus reclamos y a la vez sienten que se les cercena su derecho a la participación, se van conectando entre sí, arman grupos de Whatsapp, se reúnen, se organizan y van formando colectivos con demandas que suelen ser muy concretas. Algunos encuentran respuestas satisfactorias en la Justicia y/o en otros casos presentan proyectos legislativos acompañados por ONGs y profesionales que colaboran y le dan el status técnico necesario. Por este camino fueron y han conseguido pequeños grandes triunfos los vecinos de avenida Honorio Pueyrredón que obligaron a partir de una cautelar judicial que el Poder Ejecutivo tuviera que cumplir todos los pasos legales para llevar adelante la “calle verde”; colectivos de Bajo Belgrano, Nuñez y Barrio River consiguieron una limitación al Código Urbanístico para construir en altura en esas zonas; en Villa Santa Rita un grupo de residentes trabajaron para que el barrio -el único de la ciudad que no tiene espacio verde público- muy pronto tenga su primera plaza. En el tintero permanecen un sinfín de reclamos de decenas y decenas de grupos vecinales que siguen bregando por la resolución de sus demandas.

Pero lo que resulta más interesante es que muchas de estas agrupaciones se van interconectando, conforman redes donde las experiencias de unos son recogidas por otros y se va construyendo una espiral virtuosa de aprendizajes ciudadanos. Así se fueron estableciendo vínculos más consolidados que posibilitan que algunos de estos actores sociales se animen a lanzarse como una nueva fuerza política que buscará en las próximas elecciones pasar a tener algún nivel de representación.

Es así como en la ciudad de Buenos Aires, donde los porteños muchas veces somos tildados de individualistas, vemos que la indiferencia va dando paso a un interés real por “saber de qué se tratan” las políticas públicas que se llevan adelante en nuestra ciudad y particularmente en nuestros barrios, un ejemplo de mancomunión social que parte de la base misma de una comunidad que va presionando con la genuina intención de ejercer a pleno los legítimos derechos que le otorga la democracia participativa, entendiendo que los gobiernos cumplen sus mandatos, los funcionarios pasan y los vecinos quedamos disfrutando de las buenas políticas públicas o padeciendo las malas decisiones.

¿Usted qué opina?

miércoles, 1 de julio de 2020

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

GRAVE SITUACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y ARGENTINA

VIOLENCIA DOMÉSTICA: 

“LA OTRA PANDEMIA"


Escribe la Dra. NORMA TOLEDO TORRES - Abogada, Mediadora, Orientadora familiar y titular de Familias al Derecho.
Con la colaboración de la Srta. LUCÍA VEREA - Estudiante de Derecho y pasante de nuestro espacio.
Gentileza: FAMILIAS AL DERECHO - ESTUDIO JURÍDICO

La ONU define a la violencia doméstica como “la otra pandemia” y, con el apoyo de la Unión Europea, colabora con el Gobierno Nacional para proteger a las víctimas, doblemente amenazadas por el COVID-19 y la violencia.
La cuarentena y las medidas de aislamiento para prevenir el contagio del COVID-19 generaron mayores riesgos para quienes son víctimas de violencia doméstica. Generalmente, aquella se ejerce sobre los eslabones más débiles de la familia: mujeres, niños, niñas, adolescentes y adultos mayores, cualquiera fuere su sexo.
Debido a su gran difusión, los casos de violencia doméstica contra las mujeres son los más conocidos. En América Latina, en promedio 1 de cada 3 mujeres ha padecido violencia física o sexual en una relación íntima a lo largo de su vida. En Argentina, las denuncias por violencia de género aumentaron un 39% durante la cuarentena y, desde que comenzó el confinamiento el 20 de marzo, se han producido más de 19 femicidios.
Pero la violencia doméstica también tiene como víctima a otros integrantes de la familia, es decir que existen FAMILIAS cuyo trato puede ser considerado violento. Judicializar el tema o “HACER LA DENUNCIA” es casi una cuestión de mujeres. Los niños no acuden a otros familiares para contar la situación por temor a la represalia al igual que los mayores a los que se le suma quizá la imposibilidad de expresarse. Los hombres no se presentan, en gran parte, a raíz de la "vergüenza cultural" que acarrea recibir maltratos por parte de una mujer, puesto que históricamente se identifica al género masculino con "el sexo fuerte".

¿Cómo trabaja Familias al Derecho ante un caso de violencia doméstica?
Cada relación es única. Algunas son claramente negativas desde el comienzo. En otras, suele empezar de manera sutil y tiende a empeorar a lo largo del tiempo.
Lo importante es poder tener registro de todos aquellos signos de violencia que conocemos y que no debemos naturalizar. Si estás en una relación con alguien que te insulta, te grita, te impide o desalienta ir a trabajar o estudiar, no te provee de las necesidades básicas, te prohíbe ver a familiares o amigos, te controla a dónde vas, te acusa de serle infiel, es celoso/a o posesivo/a, probablemente seas víctima de violencia doméstica.
A quienes tienen dificultades para reconocer lo que les está sucediendo, les recomendamos tomar distancia y analizar los principales patrones de su relación.
En Familias al Derecho, asesoramos y orientamos a todos aquellos que perciben estar incluídos dentro de esta situación para que puedan lograr este objetivo. Las ayudamos a salir de ese círculo vicioso, tomar las medidas que correspondan y les enseñamos que pueden mejorar su calidad de vida. Para ello, empleamos un modelo de no confrontación, que promueve el DIÁLOGO entre las partes involucradas en la medida que sea posible y acudimos a otros miembros para que colaboren. Es, sobretodo, en estas circunstancias adversas que procuramos preservar no sólo a la víctima sino también a todo el grupo familiar, remediando así los daños ocasionados y evitando otros colaterales que puedan surgir. Creemos que UNA CONVIVENCIA MEJOR ES POSIBLE.

Más vías de auxilio
En caso de vivir una situación de violencia doméstica, la víctima debe pedir ayuda. Tiene permitido salir de su hogar, incluso durante la vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio, ya que se encuentra en peligro.
Aconsejamos comunicarse con los siguientes números:
• 911 - Urgencias
• Línea 144 - Asesoramiento, acompañamiento y contención
• Oficina de Violencia Doméstica - Denuncias y atención las 24 hs (Lavalle 1250- 11-4123-4510)
• Comisaría más cercana - Denuncias
• Ministerio Público Fiscal - Denuncias y atención las 24 hs (denuncias@fiscalias.gob.ar)
• WhatsApp de la Ciudad de Buenos Aires: 11-5050-0147

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