miércoles, 4 de mayo de 2016

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

DERECHO DE FAMILIA

GRANDEZA DE CORAZON

Escribe: Dra. NORMA TOLEDO TORRES - Abogada. Mediadora
Gentileza: FAMILIAS AL DERECHO

Creí  importante contarles esta historia de la que pueden rescatarse muchas reflexiones. Les adelanto que tiene un final muy triste y fuerte, pero creo que el mensaje que nos deja puede ser de gran ayuda.

Un día asistió a nuestro espacio FAMILIAS AL DERECHO, un papá desorientado. El se había separado de la madre de su hijo un par de años atrás y ésta se hallaba en pareja a punto de casarse y radicarse en el exterior. 
La consulta estaba referida a las posibilidades que la LEY le daba para oponerse a que su hijo viajara con ella, cuanto iba a demorar, que probabilidades de éxito y fracaso “de ganar el juicio” tenía, sus costos y honorarios.
Fueron dos entrevistas muy largas, emotivas, en las que ese padre, cuyos encuentros con el hijo de 8 años eran casi diarios, se preguntó además sobre LAS NECESIDADES Y DESEOS DE ESE NIÑO, contemplando que su negativa al traslado, ocasionaba dar por tierra con las ilusiones de ese muchachito, el cual ya había manifestado su voluntad de viajar y radicarse allí.  
Fue después de ello, (y de varias noches sin dormir),  que tomó la decisión de permitirle viajar, estableciéndose condiciones para hacer lo más fluida posible la comunicación entre ambos (por skype, viajes pagos dos veces al año para el padre al domicilio del niño y otros tantos del menor hacia la Argentina, comunicación permanente sobre su estado de salud, rendimiento escolar, vida personal y social). Redactamos con los asesores de la madre,  un  CONVENIO con muchas cláusulas en las que además de las obligaciones y derechos de ambos padres (en especial la mamá) se dejaba al descubierto lo difícil de la decisión que estaban tomando. 
Aquí quedaron abuelos, tíos, otros familiares y amigos. 
No existió expediente judicial alguno, y el conflicto por la autorización de viaje fue resuelto entre los padres.
Pasaron los años, el convenio se cumplió en bastante medida.
Ese niño cumplió once años y falleció de muerte súbita. Sus restos siguen lejos de aquí. 
Lo vivido luego es imposible contarlo ni describirlo. Me enteré por su abuelo paterno y sólo me rescató un instante de la tristeza y el dolor,  el haber acompañado desde  Familias al Derecho, y con una guía distinta,  a ese padre de generoso corazón, para que los últimos años de su hijo hayan transcurrido en PAZ. 

Consultas: 15.5105.9428

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