sábado, 23 de diciembre de 2023

VILLA DEVOTO

RELATOS


UNA VELADA INOLVIDABLE


Escribe: NORBERTO PEDRO MALAGUTTI (*)


Antiguo programa del cine Devoto
Ese sábado, como casi todos los sábados, teníamos un compromiso ineludible, ir a sufrir al Cine Devoto, a ver la proyección de tres películas en continuado, infaltables encuentros con Christopher Lee y Peter Cushing, con sus inolvidables actuaciones de Drácula y el Doctor Van Helsing, y al incomparable Frankenstein de Boris Karloff, una delicia del terror.

Después de almorzar, Rubén, Ricardo y yo, nos íbamos caminando por la avenida San Martín, hasta Nueva York, para disfrutar de nuestra cuota de masoquismo.

Ya en ese entonces el cine, mostraba sus años de deterioro, nadie se quejaba de ello, su platea estaba casi repleta, sobre todo de niños adolescentes como nosotros, creo que tiempo después, ya como Eurocine, con sus películas eróticas, no tendría tanto público como en nuestra época.

Qué lejos estaba el cine de viejos esplendores, como aquel marzo de 1930 cuando inauguraba el sistema sonoro, proyectándose “Amor Pagano”, con Ramón Novarro y Renne Andoree y unos días después a platea llena “El Beso” con Greta Garbo.

Llegaba el momento en que levantaban un telón medio desvencijado, con propagandas impresas en papel afiche de los negocios del barrio, se entornaban las luces y empezaba lo bueno, y con ello los primeros aplausos.

Eran unas cinco horas, de apretarnos las manos, gritar y asustarnos a lo bruto, una diversión única.

Era muy común que en algún momento la proyección se cortara inesperadamente, y allí, todos gritábamos, silbábamos y pataleábamos en el parquet de la platea. El acomodador se acercaba como para poner orden, pero no mucho, era raro ver que sacaban a alguien de la sala.

Tiempo después me convencí, que esos cortes eran exprofeso, como para dar una descarga necesaria a tanta monstruosa energía acumulada.

Terminada la función, ya de noche, salíamos los tres del cine, y vuelta a hacer la caminata a pie hasta la pizzería de José, ahorrarnos el boleto del colectivo 8, para comernos cada uno una porción de pizza, chorreante de muzzarella, una delicia inigualable, compartíamos entre los tres la Coca, hasta allí llegaba el presupuesto.

Una noche, no sé por qué razón, no volvimos por la avenida, fuimos por calles interiores, por supuesto caminando por el medio de la calle, no sea que fuéramos atacados por detrás de un paredón por Drácula, caminábamos bien juntos, y no era por un juego, era que aún nos duraba el miedo.

De pronto Rubén, gritó: ¡miren! Cuando giramos la cabeza, una enorme figura con los brazos en alto emergía de las sombras de un jardín, cuando lo vimos, disparamos como un cohete, hacia el farol de la esquina.

Seguramente en aquel tramo debimos haber batido todos los récords de velocidad.

Esa noche no hubo porción de pizza, en silencio derechito a nuestras casas.

Sin lugar a dudas debe haber sido: ¡La velada de cine más inolvidable de nuestras vidas!

(*) Este relato forma parte del Libro ¿ANTONIO DÓNDE ESTÁS? Y OTROS RELATOS DE LA VILLA DEVOTO. Si querés adquirir un ejemplar, comunícate con su autor al 4571.9389


RECUERDOS DE ANTAÑO


LOS CINES DE VILLA DEVOTO


Fortunato Nicolás Troisi, más conocido como “Colito” en su libro “La Villa Devoto que vi crecer” repasa las salas que tuvo el barrio

El primer cine que tuvo Villa Devoto existó en la calle Mercedes 4390. En el frente del viejo edificio tenía escrito en su mampostería “biógrafo”, llamado “San Carlos”. La entrada costaba diez centavos los días de semana, treinta los sábados y domingos y la vermouth, setenta centavos.

Las famosas películas mudas fueron muchas, pero para los chicos la Pandilla del Pecoso, Carlitos Chaplin, Jacquie Coogan, el perro Rin-Tin-Tin, las de cowboy, el gran actor Tom Mix, Greta Garbo, Lon Chaney, Rodolfo Valentino, Harold Lloyd, Ben Turpin y otros, eran sus preferidos.

No faltaba un piano que sonaba al compás de la película, ejecutado sin luz para el pianista.

Además, en “Operaci italiani” sito en Vallejos y Chivilcoy también se acostumbraba a hacer cine y después baile.

Alrededor de 1936 se inauguró el Cine-Teatro Febo, que existió en la calle Álvarez Jonte entre Segurola y Sanabria, de mucha categoría, con palcos arteciopelados color rojo, adornos artesanales y finos cortinados, que se conoció como el primer cine hablado.

Este espacio, además de cine, también contaban con espectáculos en vivo: faquires, grandes cantores, músicos de la época, obras de teatro, fiestas de aniversarios y de cooperadoras y otras organizaciones solían realizar allí sus acontecimientos sociales. Sus dueños fueron la familia Corradini.

El último cine con edificio exclusivamente destinado para tal fin que funcionó en el barrio fue el cine “Devoto”, ubicado en la calle Nueva York 3326, que en sus último años pasó a llamarse Eurocine.

Otro popular cine fue el cien teatro “Universal”, ubicado en la calle Lácr y Av. San Martín.

El cine “Lastra” que existió en v. Beiró 4389 englorió por su categoría al barrio.

Y por último, también tuvo gran resonancia el cine-teatro “Nobel, en Av. Beiró y Lope de Vega.

Actualmente el shopping Devoto cuenta con varias salas de cine donde se transmiten los últimos estrenos de la cartelera fílmica del segmento comercial.

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