lunes, 9 de noviembre de 2015

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

NUEVOS HÁBITOS

LA ERA DE LAS COMUNICACIONES CIBERNÉTICAS

Escribe: Lic. MARGARITA LARÍA - Psicóloga


A lo largo del desarrollo de la vida del hombre, los medios de comunicación han constituido un papel importante dentro de éste. Estos han contribuido, desde un principio, a acercar más a la gente, en el sentido que se ha ido facilitando, cada vez más, la comunicación y la información. Lo dicho se puede ver reflejado desde el invento de la radio, teléfono, televisión, fax, teléfonos celulares, satélites, Internet, entre otros. Estos medios de comunicación al situarlos en una línea de tiempo, muestran una gran evolución tecnológica que ha permitido superar fronteras. 
Al comenzar el tercer milenio, la humanidad está creando una red global de transmisión instantánea de información, de ideas y de juicios de valor en la ciencia, el comercio, la educación, el entretenimiento, la política, el arte, la religión, y en todos los demás campos. En esta red ya se puede ver en tiempo real, el sentir de la humanidad, pero al mismo tiempo también es posible tergiversar, manipular o frivolizar este sentir; es decir, paradójicamente, los medios de comunicación también pueden usarse para separar y aislar.
El mundo de la información es, tal vez, uno de los ámbitos que ha sufrido cambios más veloces en el mundo actual. ¿Quién se hubiera imaginado hace setenta años, que una información podría ser leída en cualquier parte del mundo simultáneamente?en la realidad de la humanidad del siglo XXI estamos inmersos en un mundo cuyo proceso de globalización y modernidad o postmodernidad, lo ha llevado a ser lo que es hoy.
Pero ¿qué es la comunicación? ¿estos medios han cumplido realmente su objetivo? Comunicar, etimológicamente, se refiere a compartir o intercambiar.  Es decir, se puede entender como un proceso de transmisión de estructuras entre las partes de un sistema que son identificables en el tiempo o en el espacio; o como un mecanismo por medio del cual existen y se desarrollan las relaciones humanas, es decir, todos los símbolos de la mente junto con los medios para instituirlos a través del espacio y presentarlos en el tiempo. 
Cualquier interacción implica un compromiso con el otro (interpersonal, social, orgnizacional) y una definición de la relación. Aún el silencio o la inmovilidad constituyen una forma de comunicación.
Es importante diferenciar entre dos fenómenos habitualmente asociados: información y comunicación. La información es todo relevante para la toma de decisiones. En cambio, la comunicación es el hecho integral de intercambio de información entre sujetos, en otras palabras, la comunicación supone siempre, por lo menos, dos personas relacionadas en el mismo acto y, por ello, el proceso involucra, además de las “informaciones”, afectos, valoraciones, esperanzas, expectativas.
Actualmente en este mundo vertiginoso existe una gran cantidad de información, por ejemplo, proveniente de Internet, por lo que la comunicación como ha sido definida anteriormente, ha perdido su funcionalidad original que consistía, en parte, en intercambiar afectos, valores, expectativas, etc.; se ha perdido el factor de la expresión emocional. Además, se ha perdido el control de la comunicación; navegamos por Internet y encontramos demasiada información sobre un mismo tema, tanta que a veces no sabemos de dónde proviene ni adónde va, de la misma forma, cualquier información que nosotros aportemos a la red, no tendrá ningún medio de control que limite su propagación. Todo esto ha contribuido a dar más énfasis, casi exclusivamente, a la función de fuente de información de la comunicación, con lo que no se logra una comunicación íntegra, lo que provoca una disminución en las relaciones interpersonales, entorpeciendo esto la calidad de vida de las personas. 
Dos individuos participantes en un “chat” por Internet, podrían estar de acuerdo con el contenido de su conversación (información), pero no con la forma de ésta, ya que es fría e impersonal; podrían preferir hablar por teléfono o acordar una cita con el fin de transmitir información que no se puede lograr en Internet (lenguaje no verbal) y, de esta forma, lograr una comunicación más completa.
En definitiva, lo anterior contribuye a esta revolución de la información, y esto es lo mismo que está pasando con Internet, cada vez dependemos más de él y sobre todo si es un fenómeno que irá in crescendo. Con Internet lo que conseguimos son motores de conocimiento, conseguimos mover información que antes no podíamos mover, y en esto consiste la nueva revolución. Por esto, este tipo de comunicación no cumpliría una función íntegra de lo que se espera en una comunicación humana, ya que se perdería el carácter social y afectivo de lo que implica establecer relaciones interpersonales.
Aplicado al caso de Internet, el camino a seguir para determinar la cantidad de información útil de unos datos y para comprimir la información de manera que los datos se representen de una manera eficiente, información que hoy en día se hace indispensable y casi de exclusiva importancia para poder funcionar como un mundo desarrollado, o en vías de globalización. Es en este escenario en donde Internet ha logrado cumplir un buen papel, ya que nos ha aportado mucha información útil de una manera eficiente y práctica.
La ciberinformación del futuro, en lugar de ser una comunidad global, podría convertirse en una vasta y fragmentada red de personas aisladas que interactúan con sus datos y no con las personas. Es más, cabe la reflexión en este punto, de si es posible considerar realmente ese proceso, llamado comunicación, como un proceso de intercambiar o compartir, como originalmente ha sido identificado, ya que hoy en día priman en las relaciones humanas enfocadas a satisfacer necesidades, es decir, enfocadas a fines.
Podemos decir entonces, que si bien consideramos que los medios de comunicación humana que hoy encontramos no han evolucionado de una manera favorable para las relaciones humanas directas, cálidas o naturales, pueden, no obstante lo anterior, cambiar de fin, es decir, pasar de ser meras fuentes de información a ser verdaderos nexos entre las personas, con componentes afectivos, emocionales y en general vivenciales que compartir, y así quizás, de esta manera, producir un cambio a nivel universal en cuanto a la modernidad y globalidad que vivimos y que no hemos sabido enfrentar de una manera íntegra.

Consultas: 15.4492.3864
margaritalaria@hotmail.com


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