EDITORIAL
FACTOR DE CULTURA Y DESARROLLO
El turismo nacional se constituye en motor del desarrollo y propulsor a nivel nacional como auténtico factor cultural que no solo habilita a tomar conciencia de las riquezas materiales y espirituales que confluyen para dotar del conocimiento y potencial de nuestro país, donde se suma la calidez y característica particular de los habitantes de una nación que paulatinamente aplica políticas de Estado, para habilitar canales de soporte para esta “industria sin chimeneas”.
El turismo nacional no es un divertimento, porque como facto económico tiene gran importancia, da vida y progreso a múltiples lugares y regiones que permiten, en transporte, hotelería, comercio y actividades afines y colaterales, significativas fuentes de trabajo, que consolidan lazos culturales que arraigan a poblaciones y valorizan el sentido de ser parte del país, contribuyendo con formas solidarias y propicias para afirmarlo.
En todo esto es importante destacar la preocupación de los gobiernos provinciales y de la Nación para incentivar la creatividad y las iniciativas del campo privado y social para seguir perfeccionando canales de acceso, confortables, mejorando estructuras y asentamientos dotados de comodidades y tecnología, que hoy están disponibles y aseguran una mejor estadía, desburocratizando trámites y garantizando el descanso y calidad de atención al turista argentino o extranjero que viaja por nuestro país.
Cuando pensamos en nuestras vacaciones, tenemos en la República Argentina, una gama amplia de opciones, con naturaleza agreste, todos los climas y lugares paradisíacos, hotelería y atención gastronómica para ser destacada, transportes actualizados que se van incrementando, llegando a lugares otrora inaccesibles o considerados poco rentables. Esto es parte de nuevas formas de visualizar el “Turismo azul y blanco”.
Es dable recordar a los pioneros en esta actividad, que no cejaron en impulsarla, aún con muchas arbitrariedades y obstáculos, cuando se promocionaba con prioridad viajes al exterior y no se facilitaba la posibilidad que hoy el turismo social a fuerza de concientizar su valor significativo para el trabajador y sus familias posibilitó abrir caminos, que ahora todas las capas sociales tienen disponibles.
El turismo afirma en su esencia los derechos humanos que son el fundamento no solo de justicia social, sino que evita discriminar y en esto tiene responsabilidad el Estado en su conjunto.
¿Usted que opina?
José Cesar Rodriguez Nanni.
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