EDITORIAL
NORMAS DE CONVIVENCIA CON EQUIDAD Y SOLIDARIDAD
De la conducta personal y comunitaria y la actitud positiva del Estado en su conjunto, corresponde tener amplitud de espíritu y mayor esfuerzo creativo dentro de lo que compete a cada uno.
La primera responsable es la familia donde es posible todo esfuerzo de formación integral de la persona humana, por lo que es importante fortalecerla como origen y hogar de los pueblos.
El modo de asumir la vida y de ser, se transmite con el paso del tiempo y tiene un papel relevante la cultura y la educación, donde el individuo, las instituciones de la sociedad y el diálogo permanente juegan como una avanzada hacia una participación activa y la consecución de una democracia auténtica impregnada de justicia, equidad y solidaridad, promoviendo el sentido de los valores, consolidando las relaciones interpersonales.
Evitar el aislamiento exige tener voz y voto en el plano político y económico, estableciendo las reglas de convivencia, afirmando la justicia social, la inclusión y primando el bien común.
La relación justa entre sectores sociales, implica también una firme inquietud por asegurar una legislación laboral y de seguridad social, donde el ciudadano no se sienta marginado y se vea protegido por el Estado.
No existe posibilidad de progreso político o de crecimiento económico sin un paralelo desarrollo, que implique incluso crear y fortalecer instituciones y estructuras dirigidas a constituir una comunidad con igualdad de oportunidades reales y efectivas para todos, preservando la plena justicia con especial atención a los más débiles y necesitados.
¿Usted qué opina?
José Cesar Rodríguez Nanni
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