viernes, 14 de enero de 2011

 EDITORIAL

2011: ASEGUREMOS UN FUTURO PROMISORIO
 Podemos asumir una actitud de espectadores o participar con aportes constructivos, dentro de nuestras posibilidades, abordando la opción de integrarnos, aportando para la unidad y cohesión en un pluralismo de opciones y modos de vida.
Desde esta óptica el bien común tiene un carácter histórico y dinámico que requiere ser reformulado por la comunidad en su conjunto.
Nuestro país requiere plantear la unidad nacional a partir de fundamentos espirituales y morales que no implican una identidad uniforme, que con iniciativa y creatividad es susceptible de transformaciones en su estructura más profunda.
Esto implica condiciones que facultan la asociación y a cada uno de nosotros un ordenamiento que permita el disfrute de los bienes y el funcionamiento institucional, evitando arbitrariedades o una visión puramente egoísta.
Se trata de afirmar nuestros derechos esenciales, haciéndolos menos vulnerables y más eficaces, en el marco del Estado cuya misión unificadora requiere hacerlos converger dentro del marco de la ley la Constitución.
La comunidad política se edifica sobre la base de la igualdad de todos los ciudadanos, reconociendo la existencia de múltiples diversidades, habilitando con la participación constructiva iguales posibilidades para una equitativa distribución de la riqueza nacional.
Desde el ámbito sagrado de la familia, pueden ejercerse iniciativas para preservar la dignidad de nuestros adultos mayores y motorizar el espíritu que tienda a consolidar para sus componentes en conjunto, valores de vida que decididamente son soporte para la cultura nacional.
Es de considerar producir con aportes individuales y colectivos la amistad social, sin marginaciones, con movimientos de comunicación que incidan en una fraterna concepción de reciprocidad.
Se inicia un nuevo año, con muchos interrogantes, pero está en cada uno el compromiso, el no mantenernos al margen, compartiéndolo a través de intervenir en las decisiones que nos conciernen, reconociendo que somos parte de una Nación políticamente organizada, con el pleno derecho de ser artífices de nuestro destino y por ende de nuestro núcleo familiar y conciudadanos.
Cuando brindamos, levantamos nuestras copas y en el abrazo fraterno, tomamos un compromiso: hacer realidad aún desde la forma más modesta, el posibilitar un FELIZ NUEVO AÑO.
¿USTED QUÉ OPINA?
José César Rodríguez Nanni

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