lunes, 21 de julio de 2025

CIUDAD

RELEVAMIENTO



MÁS ALLÁ DE LAS CIFRAS…

Un censo que interpela a la ciudad más rica del país.


Lo que antes eran casos aislados, hoy es una compleja realidad que impacta en los barrios: el número de personas es estado de indigencia palpamos que se incrementa año tras año. 

El tercer censo popular, con una rigurosa metodología, corroboró que casi 12.000 personas viven en situación de calle en nuestra ciudad. Esta realidad requiere gobiernos que diseñen soluciones acordes a la magnitud del problema, tanto para quienes no tienen techo como para el resto de la ciudadanía.





Cuando recorremos las calles de nuestros barrios resulta habitual encontrarnos a personas en situación de calle, incluso algunos de ellos ya forman parte de la vecindad, asentados en puntos fijos cuando no encuentran oposición de quienes viven en las proximidades.

En nuestra zona, lo que en el pasado eran casos aislados y ocasionales, se ha transformado en una problemática profunda y compleja. Cualquier observador medianamente atento reconoce que el número de personas en estado de indigencia es cada vez mayor. Las entidades intermediarias que les brindan ayuda constante dan cuenta de ello.

Frente a esta realidad, no todos los vecinos reaccionan de igual manera. Están quienes comprenden el contexto de lo que está pasando y tratan de aportar paliativos para que el sufrimiento de no tener un techo y de todas las consecuencias que ello trae aparejado sea menos doloroso, siendo conscientes que son el último eslabón de la cadena, que no han creado esta situación, pero no están dispuestos a mirar para otro lado ante el drama del desamparo. Otros optan por la indiferencia. Pero también hay residentes que exponen su rechazo de manera manifiesta, actitud que suele tener su correlato en denuncias policiales y en reiterados reclamos a las autoridades para que los “saquen” , pedidos que suelen escucharse una y otra vez en las reuniones mensuales de seguridad o con funcionarios de la ciudad, por suerte son muy minoritarios los que llegan más lejos, con insultos y/o actos de violencia directa. Y en existe la creencia por parte de un sector de la población de que estas personas en extremo estado de vulnerabilidad no son habitantes de nuestra ciudad, sino que provienen del conurbano, de otras provincias o son extranjeros y por lo tanto exigen que se los “devuelva” a sus lugares de origen. A la par, se los suele tildar de delincuentes, algo que no es habitual, aunque no menos cierto es que hay personas que terminan en estas situaciones extremas que padecen problemáticas de salud mental y/o adicciones y bajo ciertas circunstancias disparan conductas violentas que despiertan miedo y rechazo.

La situación de calle no es una elección, es el resultado de una crisis social profunda -que parece ir agravándose día a día-, del deterioro de un sistema de salud pública que fue desprotegiendo a aquellos que padecen cuadros de salud mental, de la ruptura de redes familiares y comunitarias de contención y de un Estado que desde hace años no acierta en las políticas públicas que lleva adelante en esta materia.

Es decir, la situación de calle no tiene que ver solo con no tener un techo donde cobijarse cada día. Esta problemática social es multidimensional y por lo tanto el abordaje debe realizarse desde la integridad de la vida y la proyección de la misma. Sin salud mental, educación, techo y trabajo es imposible pensar en “erradicar la situación de la calle”.

Para poder plantear una solución, hay que partir de datos reales y fehacientes. Ese debe ser el punto de partida, la herramienta fundamental que permite elaborar un diagnóstico. Luego, desde el Estado y con el aporte de diferentes actores sociales se podrán diseñar nuevas políticas acordes a la dimensión del problema, que sean capaces de dar respuestas al conjunto de la ciudadanía que reside en nuestra ciudad.


CONTRAPUNTO EN LAS CIFRAS:

Los números que maneja el Gobierno de la Ciudad parten de sus propios relevamientos anuales. Estos han sido cuestionados y refutados tanto en 2017 como en 2019 por censos populares que demostraron que la cifra de personas que vivían en la calle era mucho mayor.


Nuevamente, los números que surgieron de la información oficial que dio a conocer la ciudad de Buenos Aires en noviembre de 2024 cuando contabilizó que 4.049 personas en situación de calle (1236 en plena calle y 2.813 en paradores), fueron puestos en duda, principalmente por aquellos grupos y entidades que recorre el territorio permanentemente y brindan ayuda a diario.

La estadística del Gobierno de la Ciudad:

Desde 1997, el gobierno porteño realiza un conflicto. En 2017, el Gobierno de la Ciudad evaluó 1066 personas en calle efectiva (sin contabilizar paradores ni refugios). En 2019 lo elevó a 1734 y en noviembre de 2024, afirmó que había 4049 en situación de calle.

Los censos de las organizaciones sociales:

El primer censo, realizado en 2017, consideró 3.560 personas desamparadas. El segundo se llevó a cabo en 2019 y el número se había duplicado, pasando a ser 7.251 personas. Este año, se contabilizaron casi 12.000 personas que padecen situación de calle.

A pesar de la disparidad de los números, hay una constante en los dos relevamientos: en todos se muestran incrementos sostenidos de las personas sin techo que habitan la ciudad de Buenos Aires.

Este dato por si solo ya podría ser una señal de alarma.

No menos dramático son las sesenta y tres personas que murieron de frío en nuestro país en lo que va de 2025, por el hecho de tener que permanecer a la intemperie. Trece de ellos habitaban en la ciudad de Buenos Aires.

Más allá de que a algunos el sesgo ideológico los llevan a sospechar que detrás de la minimización de las cifras se esconde la intención de invisibilizar un problema y sea una manera de justificar la ausencia de políticas públicas que deben ser más eficientes y eficaces, otros sostienen que en el fondo es la metodología la que lleva a resultados diferentes.

Así, mientras el Gobierno realiza relevamientos anuales solo por las avenidas principales de la ciudad y en un solo día, los censos populares se ajustan a una metodología más rigurosa y una meticulosa organización que les permite obtener datos mucho más precisos y cercanos a la realidad.


¿CÓMO SE REALIZÓ EL TERCER CENSO POPULAR?

Cincuenta y cuatro organizaciones de la sociedad civil de los más diversos sectores (sociales, políticos, sindicales, religiosos y vinculados a los derechos humanos) decidieron organizarse para llevar adelante el censo en 2025.

Se propusieron cumplir varios objetivos:

• Contar el número total de personas que se encuentran en esta situación

• Saber en qué barrios se ubican.

• Conocer con más detalle la realidad de cada uno: nivel educativo, estado de salud, el tiempo que hace que están en la calle.

• Generar un acercamiento con una actitud solidaria. No solo se trata de obtener datos sino también ayudar en las urgencias más inmediatas. Por ejemplo, conseguirles una frazada, ropa de abrigo, colaborar con algún trámite, orientarlos sobre centros y lugares de asistencia, obtención de medicamentos, turnos médicos, etc.).

Los días 26, 27 y 28 de junio, los más fríos del año y en medio de una ola polar, más de trescientos voluntarios se abocaron a rastrillar las calles de la ciudad en busca de aquellos que viven a la intemperie.

¿Cómo se aprendió?

Este año la encuesta se dividió en siete apartados.

Las censitas contaban con una planilla observacional para registrar información básica de cada persona y poder contarlas, más allá de si querían o no responder la encuesta. Luego, se sumó una información más detallada como: características demográficas, si tenían niños, niñas o adolescentes a cargo; trayectoria en la calle; salud y violencia institucional.

Una novedad de esta edición fue la incorporación de una aplicación móvil, que permitió agilizar la carga, el procesamiento y el cruce de los datos relevantes.

Los voluntarios recibieron varias horas de capacitaciones para saber cómo proceder, usar la aplicación y estandarizar el procedimiento de recolección de información.

La ciudad se dividió en 6 zonas:
La zona 1 corresponde a la Comuna 1
La zona 4, principalmente la Comuna 4
La zona centro, formada por las Comunas 3, 5, 6 y 15.
La zona oeste, formada por las Comunas, 9, 10 y 11
La zona norte, formada por las Comunas 12, 13 y 14
La zona sur, formada por las Comunas 7 y 8

Cada zona a su vez se subdividió en cuadrículas. Se hicieron relevamientos sobre los mismos territorios en tres turnos: mañana, tarde y noche. La razón es que las personas en situación de calle suelen desplazarse a lo largo del día por una cuestión de supervivencia y en búsqueda de resolver sus necesidades básicas: bañarse, comer, buscar ropa, dormir…

Para evitar la superposición o repetición de encuestados, los censistas debían subir a la aplicación algunos datos básicos como iniciales de sus nombres y apellidos y fechas de nacimiento, de manera de preservar el anonimato pero evitar dobles cómputos. La aplicación a su vez también permitió georeferenciar a las personas, con un margen de error menor a cinco metros.



LA EXPERIENCIA DE UN VOLUNTARIO

Nuestro colega Daniel Giovannini , director del medio de comunicación “Hormigas y Cigarras” fue uno de los encuestadores que recorrió parte de nuestra comuna y tuvo la amabilidad de transmitirnos cómo fue esa vivencia.

Él pudo participar dos de los tres días e hizo el relevamiento junto a otros compañeros en dos cuadrículas. La primera estuvo conformada por la avenida Gaona – San Blas – avenida Nazca - Joaquín V. González, la segunda la componían las calles San Blas - avenida Gaona – avenida Nazca y Gavilán.

Algunos aspectos que le llamaron la atención a Daniel fueron que “nos encontramos con personas en situación de calle en el barrio profundo, bastante alejados de las grandes avenidas” , y un segundo aspecto que resaltó es que “…las personas están bastante bien asentadas, en el sentido que estaban adaptadas al entorno”. Y dio un ejemplo, "la primera pareja que encuestamos estaba ubicada en un garaje en desuso de un edificio. Ellos nos contaron que salvo dos o tres, el resto de los vecinos tenía gestos de amabilidad, les daba agua caliente, comida... en fin, había una buena interacción con los residentes de la cuadra y ello les permitía tener una relativa tranquilidad, podía dormir (...) esa pareja llevaba alrededor de seis años en esa situación". Pero lo que más le impactó fue saber la edad de la mujer "Cuando me dijo la fecha de nacimiento, me di cuenta que había nacido unos días después que mi hija menor. No pude evitar que la imagen de mi hija se me representara. Tenía poco más de cuarenta años, pero si me hubiera dicho que tenía 59 ó 60 años lo hubiera creído. Su mirada y sus ojos transmitían una tristeza infinita..."

Daniel también nos contó que "Hubo quienes, con todo derecho, se negaron a responder. Por ejemplo, un señor que vive en un auto. Estaba convencido de que éramos del Gobierno de la Ciudad y no hubo forma de que entendiera que no éramos empleados públicos... otros estaban durmiendo... y en todos esos casos hicimos un relevamiento observacional".

En los días en los que participó Giovannini pudo contabilizar alrededor de 40 personas en el territorio que le tocó recorrer y de su muestra obtuvo algunas impresiones interesantes: “no encontramos extranjeros… había gente que había nacido en provincias de nuestro país pero viven en la ciudad desde chiquitos; la mayoría nos manifestó que hasta hace dos años podía pagarse una pieza pero que en el último año y medio eso se tornó imposible; también hay gente que lleva 3 ó 4 años que viviendo en la calle; en todos los casos tenían los vínculos rotos con sus familiares, tenían algunos hijos, y los más jóvenes tenían a sus padres vivos aunque alguno de ellos mencionó `mi viejo me echó de la casa'”.

En cuanto a consumos problemáticos “solo uno o dos reconocieron que bebían alcohol o fumaban cigarrillos”. En este punto Giovannini se permitió dudar “esto hay que tomarlo de manera relativa porque hay que ver si realmente es así”, pero lo que sí le llamó la atención es que todos mencionaron “que consumían menos desde que están en situación de calle”.

Otra pregunta que se formuló en la encuesta es si eran objeto de situaciones de violencia y de dónde provenían?. Daniel aquí percibió aspectos a analizar: “la mayoría lo que más teme es ser atacado por otras personas en situación de calle…” no reconocen la violencia institucional como tal… “Hay una especie de naturalización de la violencia policial o institucional… nos decían `la policía conmigo no se mete´ pero cuando le preguntábamos si les sacaban sus cosas nos relacionaban `son unos #~–…, a la mañana pasaron unos y me dieron una frazadita, a la noche pasaron otros, me sacaron todo y me cagaron a palos´. Es decir, no registran la violencia institucional como violencia, ya lo tienen asumido como parte de su realidad. Aunque luego en el diálogo, se percataban que estos comportamientos no correspondían por parte de agentes de la ciudad”.

Otro dato que particularmente Daniel reconoce como positivo es que "todas las personas encuestadas tenían nivel primario completo, algunos secundario parcialmente cursado y otros secundario terminado. No encontramos analfabetos. Es decir, no es gente que tenga una profesión pero tampoco son personas sin ningún tipo de formación". En su recorrido no se cruzaron con familias con niños menores de edad.

Por último, le preguntamos a Daniel , cuáles eran a su entender las mayores urgencias que sufrían las personas en situación de calle con las que charló: “Cuando les preguntamos que es lo que más necesitan, nos respondieron: vivienda y trabajo. pagarse una pieza y comer”. Y suma “Los que hace mucho tiempo viven en la calle ya saben donde ir a retirar alimentos, conseguir indumentaria, bañarse, lavar su ropa… Esas necesidades las tienen relativamente cubiertas, lo que no pueden solucionar es acceder a un trabajo ya un techo”.

Daniel concluye: “otro de los problemas de estas zonas es que el Gobierno de la Ciudad no dispone de centros de inclusión social (CIS), tampoco hay refugios de organizaciones civiles para que la gente pueda pernoctar en un lugar seguro”.


LOS PRIMEROS NÚMEROS QUE ARROJÓ EL CENSO

El lunes 7 de julio, en la sede del Sindicato de Trabajadores del Subte, las entidades de la sociedad civil que organizaron el tercer censo popular convocaron a una conferencia de prensa donde dieron a conocer los datos preliminares que arrojaron la encuesta: un total de 11.892 personas están en situación de calle en la ciudad de Buenos Aires. Estos números muestran una gran disparidad y casi triplican las cifras oficiales que en noviembre de 2024 develaban que 4049 personas viven a diario este drama social.


EL INFORME:

Si bien ya están a disposición los primeros datos que recientemente se dieron a conocer, como es el número global del relevamiento, aún falta que se tome conocimiento del desagregado de este trabajo. La tarea ha quedado en manos del CELS y se espera que tarde alrededor de 30 días en procesarlo. Una vez terminado, el trabajo se convertirá en un insumo que tendrá enorme valor para conocer en profundidad la situación real de este sector de la sociedad, pero también como una herramienta para diagramar políticas que estén más acordes a la dimensión del problema y que tengan como propósito erradicar la situación de las calles en nuestra ciudad.


PETICIÓN A LAS AUTORIDADES

Las organizaciones que participaron del tercer censo popular, han elevado un petitorio a las autoridades y exigen:
1. Instalar el estricto cumplimiento de la Ley 3.706.

2. Garantizar la demanda espontánea para el ingreso a todos los dispositivos de CABA.

3. Jerarquizar el decreto 690/06, transformándolo en una ley de asistencia habitacional.

4. Decretar la emergencia en situación de calle y adicciones en todo el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.

5. Prohibir el uso de lenguaje y adjetivos ofensivos, descalificantes, discriminatorios, estigmatizantes, por partes de cualquier funcionario.

6. Solicitar el cese inmediato de represión, persecución o formas violentas de intervención por parte de las fuerzas de seguridad.

7. Informar la cantidad de frazadas guardadas en los depósitos que dependen del Ministerio de Capital Humano, exigiendo su inmediata distribución y entrega.

8. Derogar del Decreto N° 373/25, volviendo a poner al Gobierno Nacional a través del Ministerio de Capital Humano, como autoridad de aplicación de la Ley N° 27.654. Este decreto trasladó a las jurisdicciones subnacionales la responsabilidad de aplicación de la Ley 27.654 de Situación de Calle y Familias sin Techo. Asimismo es necesario actualizar el presupuesto adecuadamente a la población actual y con una distribución equitativa para cada jurisdicción.
9. Realizar el relevamiento anual federal de personas en situación de calle, riesgo de situación de calle y familias sin techo.

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