MOVILIZADOS Y EN ACCIÓN
VECINOS SE UNEN PARA SALVAR EL PATRIMONIO
Un recurso de amparo presentado ante la Justicia acaba de frenar la demolición de la casa de la calle Campana 3406.
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Campana 3406, Villa del Parque |
En esta oportunidad, los hechos parecen estar dándoles la razón a su intento por salvar de la demolición dos casitas ubicadas en Campana y José P. Varela. La presentación de un amparo judicial y la decisión del magistrado de hacer lugar al reclamo dictando una medida precautelar frenó cualquier posibilidad de avance en ese sentido y abre una ventana de esperanza.
Rebobinando en los acontecimientos, fue una mañana de los primeros días de junio cuando los residentes despertaron con la novedad que las propiedades ubicadas en Campana 3406 y 3412 habían sido tapiadas por una constructora para derrumbarlas en el corto plazo.
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Campana 3412 (Foto 1996) |
Así, ante la convocatoria de la asamblea vecinal Conciencia Urbana el 5 de junio cuando iba cayendo la tarde se congregaron en la esquina de Campana y José Pedro Varela activistas de esta organización y de otras entidades que decidieron decir “presente”, como “Basta de Demoler”, “Buenos Aires Perdida”, “Una plaza para Villa Santa Rita”, la juntista de la Comuna 11 Malena Rotondo (UP), una asesora de la diputada Celeste Fierro, coordinadores del Consejo Consultivo Comunal, Alejandra Ancil Ezcurra, vecina de Villa Devoto e integrante del “Movimiento La Ciudad somos Quienes la Habitamos”, periodistas de medios de la ciudad y zonales, además de residentes preocupados por esta deriva urbanística.
La mayor tristeza e indignación de los vecinos es que ambas propiedades, por estar construidas antes de 1941, por su estilo arquitectónico y su valor histórico contaron durante muchos años con una protección cautelar y estuvieron incluidas en el catálogo preventivo de protección patrimonial de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, tras una operación inmobiliaria de transferencia de dominio, los nuevos titulares interpusieron un recurso de reconsideración ante el Gobierno de la Ciudad, que fue atendido por el órgano de aplicación y con la anuencia de la CAAP (Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales) decidieron dar lugar al pedido y quitarle la protección patrimonial a ambos inmuebles.
De nada sirvieron las gestiones que se llevaron a cabo desde el colectivo vecinal “Conciencia Urbana” y la presentación de un proyecto legislativo que en su título IX solicitaba que se evaluaran para su catalogación patrimonial definitiva una serie de inmuebles de Villa del Parque, entre los que se encontraban los arriba mencionados.
Estaba previsto que la catalogación definitiva de inmuebles patrimoniales y áreas de protección histórica fuera tratado en la Legislatura a la par de la modificación del Código Urbanístico. Finalmente en noviembre de 2024 se sancionó la reforma del CUR pero los diputados decidieron postergar el debate sobre la cuestión patrimonial para este año. Al día de la fecha la agenda parlamentaria no prevé su tratamiento, ni el llamado a Audiencia Pública y mucho menos la posibilidad que el proyecto llegue al recinto.
Todo esto fue puesto de manifiesto en el encuentro, cuando algunos vecinos decidieron hacer uso de la palabra.
Sandra Barbonetti, referente de Conciencia Urbana hizo una breve recopilación del trabajo realizado por este movimiento vecinal y subrayó “hoy le toca a Villa del Parque pero vienen haciendo esto de manera sistemática a lo largo y a lo ancho de toda la ciudad (…) En su momento entraron en Palermo, Belgrano y ahora están siguiendo por los barrios periféricos, como le llaman ellos… Están, arrasando Villa del Parque, Villa Santa Rita, Villa Devoto, Coghlan, Villa Ortúzar… todos barrios que son típicamente de casas bajas… A la par, fueron colapsando los servicios, destruyendo todo lo que es patrimonial”. Más adelante agregó… “Y hoy nos encuentra acá, cuando deberíamos estar celebrando una nueva plaza, un nuevo espacio verde, una nueva escuela, un nuevo centro de salud, si hubieran planificado la ciudad. En su lugar, sancionaron un Código Urbanístico a favor de los desarrolladores inmobiliarios”.
Por último, Barbonetti advirtió “No solo vienen por el patrimonio arquitectónico, vienen por los árboles. Y como los ejemplares de alineación les molesta, cuando construyen los empiezan a podar, mutilar y hasta extraer”. Por eso, resaltó “No es solo una casa patrimonial o una casita la que se pierde que ya no cumple con las funciones del progreso, son nuestros recuerdos, la memoria colectiva de los villaparquenses”.
Matías, de la ONG Basta de Demoler señaló que esto no debería estar pasando. Existe la posibilidad que los titulares no se vean compulsados a vender y si tienen ó quieren hacerlo, la demanda podría verse ampliada por interesados en conservar estos inmuebles. En ese sentido recordó que quienes poseen bienes catalogados cuentan con el beneficio de quedar exceptuados del Impuesto Inmobiliario y de la Tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza, más conocido como ABL. Asimismo, recordó que en 1991 y por resolución municipal de aquel entonces, quedó conformado un Fondo para la Recuperación de Edificios Catalogados, aunque aclaró que la norma, al no haberse reglamentado adecuadamente, no fue efectiva. Sin embargo, enfatizó que es una herramienta que está vigente y es un recurso potencial para la protección del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires.
Alejandra Ancil Escurra, vecina de Villa Devoto e integrante del Movimiento “La ciudad somos quienes la habitamos” comentó que asistió a la convocatoria para solidarizarse con los vecinos de Villa del Parque y mencionó que “Villa Devoto está sufriendo un barricidio” producto de los impactos que está causando el nuevo Código Urbanístico y el Distrito del Vino. Hizo un llamado a que los vecinos se comprometan porque de lo contrario “nos van a pasar por encima. Nuestros barrios van a desaparecer, nuestra historia y nuestra memoria colectiva”.
AMPARO COLECTIVO Y FRENO A LA DEMOLICIÓN
Solidarizándose con los vecinos, el 11 de Junio la Asociación Civil Observatorio del Derecho a la Ciudad, interpuso a través del abogado y fundador de la entidad, Jonatan Baldiviezo un recurso de amparo colectivo solicitando al Poder Judicial que declarara la nulidad e inconstitucionalidad de la resolución que desafectó el inmueble de la protección cautelar y la quitó del catálogo preventivo y solicitó que se cancelara cualquier permiso de obra o demolición derivado de ella. Además, apeló al juez para que interrumpiera los trabajos que se están realizando en el terreno y, en caso de haber daños, la recomposición patrimonial.
Entre los argumentos del pedido que se hizo a la Justicia se destaca que el Gobierno de la Ciudad negó el derecho a la participación ciudadana, consagrado en la Constitución de la Ciudad, en el PUA y en el Acuerdo de Escazú; además la Administración Pública de la Ciudad incumplió con su deber de proteger el patrimonio cultural y aseguró que debe revisarse la legalidad del recurso de reconsideración que llevó a la desafectación.
Frente a la sólida fundamentación y la urgencia que había ante la posible inminencia de una demolición, el Ministerio Público Fiscal dictaminó la competencia del tribunal y crucialmente la necesidad de una medida precautelar. El tribunal coincidió con el pedido de la fiscalía y ordenó “LA INMEDIATA CLAUSURA Y SUSPENSIÓN DE LA OBRA” en el inmueble de la calle Campana 3406 con miras a preservar el bien. En paralelo, el juez instruyó al gobierno de la ciudad a "arbitrar todos los medios para garantizar su estricto cumplimiento" y le pidió el expediente administrativo completo que debe entregar en un plazo no mayor de cinco días.
Para garantizar la transparencia y la participación ciudadana en este proceso colectivo, el tribunal ordenó diversas medidas de publicidad: edictos en el Boletín Oficial, notificaciones en emisoras de radio y televisión oficiales, publicaciones en la página web del Consejo de la Magistratura de CABA y en el Sistema de Difusión Judicial, y un oficio a la Comuna 11. Se ha otorgado un plazo de quince días para que cualquier persona con interés en el resultado del litigio pueda presentarse en el expediente, ya sea como actor o demandado.
Este fallo representa una victoria provisoria para la protección del patrimonio cultural de la Ciudad, deteniendo una demolición que podría haber sido irreversible y abriendo un debate más profundo sobre los procesos de desafectación y la necesidad que se respete el derecho de los ciudadanos a participar en la toma de decisiones urbanísticas. La casona de Campana 3406 espera ahora una resolución definitiva.
VILLA DEL PARQUE
Un barrio con distintos matices arquitectónicos y patrimoniales.
En sus albores, nuestro barrio se fue poblando merced a la radicación de familias que fueron adquiriendo terrenos atraídos por las ventajas que acompañaron la llegada del ferrocarril, la decisión de poner una estación ferroviaria en Villa del Parque y los loteos que se hacían anunciando "la ciudad feliz".
Poco a poco las grandes quintas y los viejos hornos de ladrillo fueron dando paso a algunas bellos chalé y petit hoteles, casas estilo inglés que en su mayoría fueron construidas para que las habitaran trabajadores del ferrocarril “Buenos Aires Al Pacífico” que en aquellos tiempos pertenecía a capitales ingleses. A la par, se fueron construyendo viviendas que respondieron a una arquitectura pintoresquista y por supuesto no faltaron las típicas casas “chorizo” que hicieron las manos laboriosas de inmigrantes, principalmente italianos. Más acá en el tiempo, el barrio se nutrió de otros estilos arquitectónicos como el Art Decó, Art Nouveau, racionalismo y contemporáneo.
Hacia la década del `70 hubo otra explosión constructiva que dio lugar a la multiplicación de edificios de altura. La diferencia entre aquel momento y la actualidad fue que en los años setenta la construcción de esas viviendas colectivas se concentró principalmente en las calle principal, algunas transversales y en las cercanías a la estación ferroviaria. Durante los años `90 se produjo otra renovación inmobiliaria en las que casas antiguas fueron reemplazadas por los conocidos dúplex y triplex, que hoy abundan en esta zona.
A partir de los años 2000 el Gobierno de la Ciudad decidió realizar algunas modificaciones al Código de Planeamiento Urbano y con la bonanza de los años subsiguientes alentó la construcción en altura en algunos sectores del barrio. El nuevo Código Urbanístico del año 2018 hizo caer algunos polígonos protegidos que evitaban que se construyeran edificios de más de tres pisos. Las casitas de las calle Campana al 3400 que hoy nos ocupan en este artículo formaban parte de uno de esos polígonos.
Según datos que pudimos recabar del último dueño que habitó la casa de la calle Campana 3406, el primer morador fue médico apellidado Garibaldi donde tenía un consultorio para atender a sus pacientes y además era su vivienda familiar. Sobre fines de los setenta y principios de los `80 la propiedad fue adquirida por García, un conocido empresario del barrio que supo ser dueño de una importante droguería ubicada a pocos metros de los domicilios que nos ocupan. García encaró una importante restauración y luego de terminarla volvió a poner la propiedad en venta que fue adquirida por Jorge Saab, miembro de una respetada y querida familia de Villa del Parque, muy conocida por sus actividades comerciales y conducción de la entidad empresaria local.
La vivienda fue el hogar de los Saab durante más de 40 años. Allí crecieron los hijos y también corretearon los nietos cada vez que visitaban a los abuelos.
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Bellísima casona que estaba ubicada en Campana esquina Simbrón. Fue demolida para construir un edificio |
Otras vecinas memoriosas, nos relataron que en la casita de al lado (Campana 3412) residió otro reconocido galeno. Con los años la propiedad quedó desocupada, se fue deteriorando y cayó en el abandono. Ya entrado el siglo XXI, nuevos dueños la restauraron totalmente y abrieron un bar/confitería con una impronta artística. Así, los habitués además de juntarse a tomar algo, también compartían presentaciones musicales, exposiciones de fotografía, pinturas y esculturas y durante los días hábiles se daban clases de distintas artesanías. Debido a que la rentabilidad no era la esperada, el emprendimiento terminó cerrando.
Estas historias no son muy distintas a otras. Se repiten una y otra vez cuando se trata de sostener bienes que son apreciados por la comunidad pero que a la hora de mantenerlos y sostenerlos la carga suele quedar librada a las posibilidades de sus poseedores.
Por eso, en el debate por la preservación del patrimonio arquitectónico, histórico y/o cultural no puede quedar afuera de la discusión cómo se hace para conservar edificios que tienen un evidente valor patrimonial pero pertenecen a privados, porque a la vez que se trata de proteger la memoria colectiva, de dejar un legado a las nuevas generaciones para que sean plenamente conscientes de donde vienen, afiancen su identidad y su sentido de pertenencia a la comunidad, hay que apelar a un compromiso permanente de quienes comparten cada momento histórico y a un Estado que no se desligue.
No solo se trata de “catalogar” y limitar demoliciones, sino de ofrecer incentivos reales y concretos, que deben ir más allá de meras exenciones o reducciones impositivas. Se necesita disponer de un abanico de instrumentos, que pueden ser créditos blandos, subvenciones, mecenazgos, fideicomisos, etc destinados a fomentar la preservación de estas verdaderas “joyas” de la ciudad.
La conservación y protección de inmuebles patrimoniales no debe ser vivida como castigo y/o una “carga pública” por quienes son titulares de este tipo de propiedades. Con los apoyos suficientes y necesarios pueden ser un orgullo, una razón para mantenerlos, valorizarlos y apreciarlos a lo largo del tiempo, que muchos querrán tener.
Felicito a los vecinos por movilizarse para evitar la demolición de esas dos casas. Las conozco, ojalá sucediera lo mismo con Devoto, q tambien estaestestá están demoliendo casas arquitectonicamente bellas y con historias de familias emblemática. Esos dos barrios están perdiendo su esencia, gracias a la veras ambición inmobiliaria.
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