ENTREVISTA
GUANTES DE ORO, CORAZÓN GIGANTE
La historia de Andrea "La Cobrita" Sánchez
Ella también es una querida y reconocida vecina del barrio de Villa Devoto, lugar que eligió junto a su pareja y su hijo para conformar su hogar. Sin embargo, su corazón también está repartido con Villa Ángela, localidad de la provincia del Chaco donde nació y creció en el seno de una familia de trabajadores en la que no sobraba ningún bien material, pero donde nunca faltaron corazones solidarios capaces de ayudar a sus vecinos y a quien lo necesitara.
En ese hogar se educó Andrea junto a sus seis hermanos, admirando la figura de su padre, quién en su juventud se había convertido en una joven promesa del boxeo con el talento suficiente para dar el salto del amateurismo a una carrera profesional, pero que se vio truncada por una tragedia familiar que lo obligó a alejarse por un largo período de tiempo de esa pasión y cuando quiso volver a competir, su cuerpo le pasó una factura irremontable. Si bien siguió practicando, llegó la hora de colgar los guantes. Cuando su papá le comunicó a Andrea esta decisión, fue un punto de inflexión en su vida porque aquella chiquita que idolatraba a su padre supo de una vez y para siempre que quedaba truncado su sueño de ver a su padre levantar la corona mundial.
En ese momento sintió que debía tomar esa posta y se propuso llegar a ser campeona mundial de boxeo femenino, sabiendo que si ella cumplía ese objetivo también sería una gran felicidad para su papá.
Los primeros pasos en el deporte los tuvo que hacer a escondidas. Salía de la escuela y se escapaba al gimnasio a entrenar sin decirle nada a su familia, que bajo ningún concepto querían que Andrea practicara boxeo.
Cuando se sintió preparada para debutar, su abuela la acompañó a presentarse por primera vez arriba de un cuadrilátero. ¡Y ganó la pelea!. Pero afuera la esperaba una dura lucha que debió encarar con sus papás para convencerlos que la dejaran seguir boxeando. Al final, accedieron y de ahí en adelante su familia se convirtió en un pilar fundamental.
Cuando en su ciudad ya no había más posibilidades para seguir creciendo, decidió trasladarse a Rafaela (provincia de Santa Fe), donde continuó preparándose y cuando tuvo oportunidad, decidió venirse para Buenos Aires.
Acá empezó a entrenar con Sergio Víctor Palma, su “gran maestro en el deporte y en la vida”, como Andrea misma lo grafica. Y sigue expresando lo que significó para ella: “Sergio fue un boxeador muy formado, como pocos. Con él aprendí a modular, practicábamos simulando un programa radial. Todas sus enseñanzas me sirvieron para prepararme a enfrentar la realidad de una gran ciudad que es muy dura en sus exigencias y las críticas pueden ser feroces. Así fue tomando forma mi vida y mi carrera”.
Cuando Sergio ya no pudo continuar entrenándola, siguió haciendo sus prácticas en la Asociación Argentina de Boxeo.
Su debut profesional fue a los 25 años en la categoría átomo, luego pasó a mini mosca. Convertirse en profesional fue el peldaño que necesitaba para presentarse al campeonato del mundo.
El desafío era enorme, pero “La Cobrita” se preparó, se presentó y perdió. Sin embargo, no se doblegó. Cualquier otro hubiera trastabillado. Ella decidió volver a intentarlo, pero a poco de andar, recibió la noticia que estaba embarazada. Ser mamá se convirtió en la experiencia más maravillosa de su vida, al punto de esta vez sí analizó la posibilidad de abandonar su carrera deportiva.
Fue su pareja quien la animó a volver a las prácticas, su apoyo incondicional fue clave en esta nueva etapa. Sin embargo, después de un embarazo difícil y una cesárea complicada, la vuelta no fue fácil. Andrea tuvo dificultar para encontrar su nivel. Cuando llegó una nueva oportunidad para presentarse a una pelea, le costó dar con el peso y los esfuerzos que hizo para conseguirlo, los pagó en el ring, cuando aparecieron mareos y náuseas que la obligaron a abandonar en el segundo round, que obligó al referí a decretar el knock out técnico.
Pero como dijimos, la perseverancia es una de las cualidades más notables de “La Cobrita”. No estaba dispuesta a colgar los guantes. Esta vez, los meses de inactividad y un poco de inseguridad mental y emocional por lo que había pasado en la pelea anterior, se transformó en una nueva derrota.
Nuevamente los malos tiempos no hicieron mella en su carácter y en su convicción. Sabía que después de una caída hay que volver a levantarse.
Pero también sabía que no podía seguir haciendo las cosas de la misma manera. Algo debía corregirse. Cambiar. Tuvo una larga charla con su promotor, quien le sugirió que se permitiera darse un tiempo más para recuperarse de la maternidad. Al rememorar esos días, Andrea dice “Me hizo tomar conciencia que no todos los organismos son iguales y quizás el mío necesitaba un lapso más para volver a estar en plenitud.”
Se tomó un tiempo para sanar, cuando se sintió lista volvió a un entrenamiento moderado y se dio permiso para una nueva peleita. Si bien “La Cobrita” no quedó del todo conforme con su actuación, consiguió ganar ese encuentro. Después vino otra contienda y en esta ya se sintió más cómoda. ¡Esa fue la prueba que la impulsó a querer volver con todo! Habló con su entrenador y le dijo que quería otra chance mundialista.
Esta vez “La Cobrita” no estaba dispuesta a correr ningún riesgo, se preparó para estar al 100% física, mental y emocionalmente. Y contaba con toda la experiencia acumulada para no fallar.
El 1º de febrero de 2025 su sueño, por el que trabajó tantos años, se hizo realidad, CONQUISTÓ EL TÍTULO MUNDIAL GOLD AMB MINIMOSCA (11-4-1, 20k), venciendo sin atenuantes a la venezolana Érica “La leona” Bolivar (7-4-1, 50 K), tras diez asaltos y el fallo unánime de los jueces. El encuentro se transmitió a diferentes países por las principales cadenas televisivas de deportes, entre ellas T y C Sport y ESPN.
Al momento de su consagración, en ese instante único donde estaba “tocando el cielo con las manos”, “La Cobrita” no se olvidó de su pueblo, de sus orígenes y de su Chaco natal y pidió ayuda para La Colonia Pastoril.
Durante la entrevista que mantuvimos con Andrea, ella nos expresó con claridad que su deseo de obtener el título mundial no lo vivía solo como una conquista personal, estaba convencida que esta consagración le iba a permitir visualizar la problemática de Colonia Pastoril, comunidad Mocoit y conseguir ayuda para llevarle a los más de 4500 habitantes de este pueblo originario de nuestro país.
En ese derrotero, Andrea se propuso mejorar el sistema de acceso al agua de la localidad, porque si bien cuentan con un pozo donde extraen agua potable, el crecimiento poblacional hace que resulte insuficiente y son necesarias nuevas perforaciones que garanticen un mejor y mayor obtención de este elemento vital. El segundo objetivo es que los más de 100 chicos que habitan en el lugar puedan tener oportunidades de formarse en el arte y el deporte. Esto le dará la posibilidad de elegir y desarrollar sus potencialidades. Por eso inició una campaña, que contó con el apoyo de la Asociación de Fomento de Villa Devoto, que organizó una Peña Folclórica para alcanzar el cometido de juntar instrumentos musicales y ser llevados para nutrir la nueva sala de música de Colonia El Pastoril. Otra de las metas que se ha propuesto Andrea es lograr acondicionar un gimnasio que cuente con todos los elementos necesarios para que los chicos y jóvenes además de fútbol, puedan practicar otras disciplinas que les guste.
Como bien dice Andrea, “mi ilusión era que valgan mis 20 años de lucha. Haber llegado y que me conozcan, me da la posibilidad de lograr algo para el pueblo del Chaco. Es una forma de agradecer todo el cariño, los abrazos y acompañamiento de toda mi gente que está en mi hogar natal. Porque más allá que ganara o perdiera, ellos nunca dudaron en hacerme llegar su amor. Y esa fue también mi fortaleza y mi pilar en los tiempos más difíciles que tuve que enfrentar y cuando alguna vez se me pasó por la cabeza `tirar la toalla´”.
En su regreso triunfal a su querida Villa Ángela, la esperaba su familia y una comunidad que la abraza desde el corazón. En esa visita Andrea se acercó a Colonia El Pastoril para cumplir su compromiso y entregar los instrumentos musicales que necesitaban los niños y niñas para aprender esta bella expresión del arte que es la música. ¡Y las clases serán dadas en en su nueva sala de música!
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