miércoles, 1 de julio de 2020

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

HACELO VOS MISM@


RESTAURACIÓN DE MUEBLES

Capítulo II: ENCOLADO


Gentileza: MUEBLES REINALDO GALLIGANO
Tapicería y Restauración

Nos encontramos encolando nuestro mueble para que su estructura quede firme y poder seguir con los distintos procesos de protección, lustre y decoración de los mismos. Si hay tarugos rotos deberán reemplazarse por nuevos del siguiente modo: con serrucho chico o sierrita se corta el tarugo en forma transversal al ras de los acoples (normalmente los tarugos de madera suelen ser de 8 a 10 mm de diámetro) y penetran en las superficies a armar aproximadamente 2,5 cm o sea (una pulgada). Por lo tanto debemos con un taladro eléctrico perforar, para desmontar el viejo tarugo roto. Se procede del mismo modo: se marca con un pinche y golpe de martillo el centro a perforar, luego se perfora primero con una mecha de pequeño diámetro (ejemplo 3 mm) para que nos haga de guía, luego una mecha de 6 mm y luego la de 8 mm. Si el tarugo original es de 10 mm se pasará por último esa mecha. El motivo de esta secuencia de perforación es para que el trabajo salga prolijo, preciso y porque a veces si se pasa directamente la mecha grande puede morder a contra-veta la madera y romperse el mueble.
Luego de perforar 2,5 mm de profundidad de cada lado (para esto colocar un tope o guía a la mecha para no pasar al otro lado) aplicar cola en las perforaciones y colocar el tarugo (con golpecitos de martillo) que debe cortarse a 4,5 cm para que queden 5 mm internos de tolerancia. Hermanar las piezas y prensar.
Los tarugos se pueden conseguir en las clásicas madereras, se comercializan en tiras de lisos y estriados, estos últimos son más efectivos porque tienen mejor anclaje y alojan cola entre sus estrías helicoidales.
Por último tengamos en cuenta que toda superficie encolada, especialmente las escuadras de sillas y sillones pueden ser aseguradas con tornillos (previa perforación y fresado) nunca clavos! El clavo debilita, raja, rompe y destruye. Las superficies encoladas deben dejarse actuar durante 24 horas. Luego desmontar las prensas o sistemas de cintas y fijar los rebordes de desniveles de madera y cola. Si hubiese en el mueble trozos de chapa de madera levantados, se cementarán con adhesivo de contacto tipo Suprabond y si faltasen partes de chapas se conseguirán en depósitos de chapas de madera y se aplicarán.
Las tradicionales son: Roble Americano, Cerejeira, Nogal italiano, Nogal satinado, Guatambú, Jacarandá, Palisandro, Caoba, Cedro, Mara, Petiribí, Castaño, Cerezo, Haya, Ebano, Pino, etc. y en raíces y plumas tenemos Abedul, Maple, Nogal, Fresno, Madrona, Mirto, Roble, Olmo y otros no tan conocidos.
En filetes nos encontramos con Palo de Rosa y las marqueterías las restauramos (incrustamos) con maderas en chapas naturales o teñidas. Algún moblaje fino puede tener incrustaciones de bronces. En este estado del proceso ya estamos en condiciones de pensar que proceso aplicaremos a nuestros muebles: color de lustre o encerado, decoración, laca decapado, patinado, marmolado, dorado, etc. Si hubiese luego que tapiar veremos en anexo apartado este apasionante arte.

Continuará en Capítulo III

Podés volver a leer el Capítulo I: RESTAURACIÓN DE MUEBLES

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