domingo, 28 de diciembre de 2014

EDITORIAL

CELEBRAR LA VIDA

Escribe: Lic. MÓNICA RODRÍGUEZ - Dirección


Termina diciembre y con él se van los últimos días del año. Un momento para la reflexión donde cada uno hace su propia evaluación, poniendo la mirada en todas y cada una de las dimensiones de su ser (emocional, espiritual, salud, racional, social, comunicación, estética, laboral y autoestima).
En el plano individual, en este balance seguramente habrá aspectos positivos y negativos, avances, puntos de equilibrio y a veces retrocesos, facetas en la que nos ha ido mejor y en otras no tanto, logros y fracasos, seres amados que están, otros que han partido y aquellos de los que voluntaria o involuntariamente estamos alejados.
De la mano de todas nuestras vivencias acumuladas, hemos ganado un año más de vida y esta es precisamente nuestra mayor fortuna, nuestro verdadero “haber”. Es el umbral que será el punto de partida para asumir los desafíos por venir con la esperanza de poder concretar los sueños, aplicando nuestra razón y corazón para encarar los proyectos en marcha y otros nuevos, afianzando nuestra fe y espíritu positivo.
Quizás a muchos, abrumados por problemas, por el quehacer cotidiano o noticias desalentadoras les parezca esta una visión ingenua o simplista… puede ser… pero aferrarse a la fe, a lo bueno, a lo noble y a los ideales sostiene nuestra fuerza interior que es el “combustible” indispensable para alimentar un espíritu tesonero.
En el plano social, el 2015 se presenta como un año de toma de decisiones. Los argentinos tendremos una elección presidencial y con ella la posibilidad de un debate abierto sobre cómo nos orientarnos hacia el desarrollo sustentable.
La construcción es posible si tomamos como pilares la solidaridad, la inteligencia colectiva, el diálogo, la organización, la moderación y  la tolerancia,  teniendo siempre como hilo conductor el sostenimiento de la Paz y el Bien Común.
Tarea a la que silenciosamente están abocadas miles de personas que desde distintas organizaciones sociales desarrollan una labor incansable para ayudar al prójimo y conseguir los objetivos comunes que se proponen. A medida que se va ampliando la conformación de las redes y sistemas de redes, más fácil y  fructífera es la construcción colectiva que además tiene como corolario ser un semillero de nuevos dirigentes.
Un ejemplo de este espíritu es la propuesta “Bailemos Todos”, realizada en 148 ciudades de nuestro país. El 8 de diciembre se tomó como un día de encuentro de quienes desde el compromiso social colaboran en distintas causas, desde grupos de interés hasta ONGs formalizadas, reunidos esta vez no a partir de una desgracia o catástrofe sino como una forma de hacer visualizar su quehacer, transmitir valores, información y conocimientos desde la comunidad, para la comunidad y por la comunidad. Así, bailaron por los comedores comunitarios, el medio ambiente, la celiaquía, el autismo, los animales desprotegidos y toda obra que implique un interés común.
Encuentros aprovechados para formar en RCP a más de 100.000 personas en el mismo momento y celebrar que el invierno del 2014  fue el segundo año consecutivo que no hubo muertos por el frío en las calles de las 10 ciudades más grandes de la Argentina. Ojalá, como desean los organizadores, este sea el primer evento de un calendario que se repita y año a año se vayan sumando más grupos y más proyectos trabajando por el Bien Común.

Llegue a ustedes nuestros mejores deseos para el próximo 2015!!!
Que Dios los bendiga.

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