jueves, 24 de mayo de 2012

 CARTA ABIERTA 

A LOS MIEMBROS DEL CONSEJO CONSULTIVO DE LA COMUNA 11 Y A LA COMUNIDAD
En el día de ayer, una vez más se convocó a reunión plenaria al Consejo Consultivo de la Comuna 11 en el Club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque (gentilmente cedido) para continuar una sesión que debió ser suspendida el pasado 9 de mayo en el Club El Alba a raíz de un repentino corte de luz que afectó tan sólo al salón donde se desarrollaba el acto.
La verdad, podría someterme a relatar los pormenores de una nuevamente frustrada reunión, ya no por un fortuito corte de luz sino por las desavenencias propias de los consejeros.
Pero en días tan particulares como es esta semana de Mayo en que estamos próximos a celebrar un aniversario más de aquella gesta que significó el 25 de Mayo de 1810, en la que un puñado de patriotas vislumbró un nuevo horizonte para estas tierras y empezó a despuntar nuestra independencia junto a un pueblo que se puso de pie porque quería saber “de que se trata”, creo más oportuno intentar reflexionar acerca del fondo de la cuestión más que detenernos en la anécdota.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires está viviendo un momento de refundación institucional. La nueva división política que luego de más de 11 años de postergaciones comenzó a ponerse en práctica a partir del 31 de julio de 2011 cuando los vecinos por primera vez votamos una Junta de siete miembros que nos representa a nivel de la Comuna, abrió una nueva etapa en la democracia participativa en la que los vecinos y sus instituciones intermedias adquieren un rol protagónico en el devenir y en el trazado de su propio destino a partir de la conformación del Consejo Consultivo.
En momentos como este, bisagras históricas en las que se deben poner “los cimientos” de instancias de participación inéditas, se impone en cada ciudadano con vocación e interés por la cosa pública, conductas cívicas extraordinarias en las que deberá primar el intercambio de ideas a partir del diálogo pluralista y respetuoso, buscando permanentemente los consensos necesarios para avanzar en la construcción común de un órgano que viabilice positivamente proyectos, propuestas, inquietudes, denuncias y asesoramiento a las instancias que correspondan y esto se traduzca en decisiones y políticas concretas que apunten al Bien Común.
En este sentido es válido que tomemos el ejemplo y volvamos al espíritu fomentista de los pioneros de nuestros barrios, que supieron establecer por encima de sus diferencias, una voluntad común para trabajar denodadamente por el progreso de su comunidad, de las cuales nuestras generaciones son beneficiarias directas de aquella siembra.
Sin ir más lejos, el precioso club donde se desarrolló la última reunión comenzó siendo una casilla de madera a la vera del ferrocarril en la que un puñado de ilusionados jóvenes soñaban con tener un espacio común para el entretenimiento, el deporte y el sano esparcimiento. Años más tarde, de allí salieron gran parte de los campeones mundiales de básquetbol (1950), descollantes deportistas y hoy podemos asegurar sin temor a equivocarnos que es una de las instituciones más relevantes de Villa del Parque. Ejemplos como este, en nuestra Comuna hay cientos.
Sin caer en la ingenuidad, sabemos que el camino es largo y está todo por hacer. Un miembro de la junta comunal en un reciente informe de gestión reconoce que el Gobierno de la Ciudad “no ha transferido ninguna atribución a las comunas y por el contrario le ha dado sus funciones y presupuesto a las UAC (Unidades de Atención Ciudadana) reservándose el Jefe de Gabinete de Ministros Horacio Rodríguez Larreta, las decisiones que deberían tomar las Comunas a través de las Juntas Comunales y los Consejos Consultivos Comunales…”
Y más allá del Gobierno de turno, debemos ser consientes que otros tantos piensan que haciendo “barullo” los vecinos independientes y de buena fe y los representantes de las instituciones intermedias regionales, cansadas de tantas discusiones se apartarán y dejarán de concurrir a los plenarios, con lo cual a poco de andar, determinadas facciones se quedarán manejando el Consejo y a su modo de ver, serán los referentes comunales. No se dan cuenta que un Consejo que no represente y sea el reflejo de la rica pluralidad de nuestra comunidad no tiene futuro.
Es decir, a unos cuantos y por distintas razones, no les interesa que las Comunas funcionen porque si lo hacen y lo hacen bien, significa romper con viejas prácticas políticas para construir Poder ciudadano genuino desde espacios que indudablemente se constituirán en semilleros de una nueva dirigencia mucho más pluralista cuyo “Norte” deberá ser únicamente el Bien Común.
Para concluir, vuelvo al principio de esta Carta Abierta: tenemos una oportunidad histórica sin precedentes, como es la de construir poder desde la base misma de nuestra sociedad, no un poder individual, sino un poder colectivo para hacer, para transformar la realidad que no nos gusta en una realidad mejor, poniendo los “ladrillos” que nos tocan para hacer de nuestra joven democracia, una democracia más sólida y consolidada; y así las generaciones futuras podrán también beneficiarse de esto que hoy estamos sembrando. Y no habrá recompensa más grande, que ellos puedan vivir en un país más justo, más soberano y desarrollado. Este es el desafío que se nos impone. Estaremos a la altura de las circunstancias?.

Mónica Rodriguez
Vecina

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