martes, 19 de enero de 2010

EDITORIAL

2010:
CONSOLIDAR LA PAZ SOCIAL


Un nuevo año abre perspectivas positivas en un mundo convulsionado donde debería privar el afianzamiento de las instituciones políticas democráticas, el respeto por  la libertad del hombre y de los derechos universales inviolables, y una distribución más equitativa de la riqueza en el orden económico
Todo el derecho del humano puede resumirse en la virtud de vivir y desarrollarse libremente como persona en todos los planos de nuestra existencia, dentro de un marco solidario, preservando nuestra propia dignidad, compartiendo los máximos bienes como patrimonio del conjunto y de cada uno de nosotros.
La comunidad en su conjunto debe abrirse con igualdad de oportunidades, porque la corrección o incorrección en el campo de nuestra vida influyen en mayor o menor medida en todos.
Nuestra participación como persona, o grupo integrante del conjunto social, tiene el deber de tomar conciencia sobre la proyección de sus actos y aquí priman los estamentos más importantes y significativos del país, como lo son los partidos políticos, asociaciones profesionales, las fuerzas del orden, las comunidades religiosas y nuestros hábitos incluso en el seno familiar que posibiliten una transformación en paz y en convivencia, habilitando un futuro mejor.
La Nación que descuida o deteriora la familia, atenta contra sí misma, por ello se debe aventar la incertidumbre que provoca una situación económica que permita la marginación y la pobreza.
Para asegurar la Paz Social y la Justicia es necesario incrementar los vínculos sociales en su naturaleza más profunda, afirmando la familia y la comunidad política, multiplicando y dando origen a las más diversas asociaciones, sean del ámbito público o del ámbito privado, incentivando su  accionar en redes, con objetivos y normas positivas que aumenten los canales de comunicación a través de vínculos de confianza y fraternidad.
Cada ciclo anual abre una esperanza, está en nosotros lograrlo con una sincera revisión de lo hecho por acción o por omisión, profundizando la verdadera identidad, en función propia de cada uno y del gran tejido social de nuestra Nación.

¿UD. qué opina?
José Cesar Rodríguez Nanni

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