DECISIÓN 2025
EL DÍA DESPUÉS
Los resultados y una mirada que resulta impostergable.
Escribe: Lic. MÓNICA RODRÍGUEZ. Dirección
En un día soleado y de temperatura agradable los argentinos ayer tuvimos un compromiso cívico.
Pasado el acto eleccionario tenemos a la vista la decisión que tomó la ciudadanía, contradiciendo a la mayoría de las encuestas, las expectativas tanto del propio oficialismo como de la oposición que esperaban un escenario de paridad y con cifras que sorprendieron al arco político y a la población.
Antes de cualquier análisis se imponen los números y los datos que surgen del escrutinio oficial que por ahora es provisorio hasta que en los próximos días se dé a conocer el recuento definitivo.
Debemos partir del padrón, que a nivel país suma 35.722.397 almas habilitadas a votar. De ellas, se sabe que concurrieron a las urnas 24.263.248 ciudadanos. Por lo tanto, de esos números se desprende que 11.359.149 (32%) de personas decidieron quedarse en sus casas. Este no es un dato menor, porque en números absolutos una vez más la primera minoría fue el ausentismo, marcando por primera vez desde la vuelta de la democracia en 1983 , el número más bajo de concurrencia a las urnas.
Ahora bien, del 67,92% que concurrió a sufragar, la Libertad Avanza fue la primera minoría obteniendo un 42,03% en senadores (en las 8 provincias que les tocó elegir el tercio que se renueva) y 40,65% para diputados. Fuerza Patria junto a los partidos aliados que pertenecen al peronismo pero van con otro sello, aunque lejos, quedó segunda con 33,6% de los votos a nivel país. El resto de los espacios políticos tuvo muy poco peso, principalmente Provincias Unidas que esperaba debutar con el acompañamiento de la gente y terminó con un escaso 4,96%, que deja debilitado al puñado de gobernadores que impulsó esta alternativa. El FIT obtuvo 3,71%.
¿QUÉ ESPACIOS SUMAN REPRESENTANTES?
De las 127 bancas de diputados en juego, la Libertad Avanza se quedó con 64 que sumados a los que están, formará un bloque de 80 representantes, que seguramente votarán en consonancia con el PRO con quienes mantienen una alianza.
Por Fuerza Patria entran 31 que con el resto del peronismo que en algunas provincias fue con otras denominaciones, más los que ya están en la cámara baja, totalizarán 99, es decir, mantiene la primera minoría. Y el avance de los libertarios no fue a costa de bancas de este espacio político sino de otros que perdieron representación o vieron mermada la cantidad de diputados de su signo. De todas maneras, sabemos que la política no se trata de simples cálculos matemáticos y habrá que ver la dinámica que adopten en el futuro los dirigentes para que no se produzcan migraciones, como ocurrió en 2023 tras la derrota presidencial.
Lo cierto es que a partir del 10 de diciembre el escenario de esta cámara mostrará que las dos primeras minorías no llegan per sé a la mayoría simple y mucho menos al quorum propio, por eso, los diputados de Provincias Unidas y de agrupaciones políticas provinciales pueden ser determinantes y los verdaderos árbitros para que prosperen (o no) los proyectos legislativos por venir, como ya fuimos testigos que sucedió en los dos primeros años del gobierno de Milei .
En el Senado el crecimiento de La Libertad Avanza sí fue a costa del retroceso de Fuerza Patria y de otros espacios. A partir de la asunción de los flamantes senadores el oficialismo pasará a tener 18 senadores, mientras Fuerza Patria se quedará 28, y aunque sigue conservando la primera minoría está muy lejos del quorum propio que durante años supo tener. Para completar esa cámara, el PRO mantiene 6 representantes, la UCR 10 y espacios provinciales 10.
Para impulsar las “ reformas de segunda generación ” que el presidente anunció a lo largo de toda la campaña, que incluyen, entre otras, la transformación del sistema laboral, previsional y tributario que impactará en la vida de millones de argentinos en los próximos años, el gobierno necesitará tender puentes y negociar con los gobernadores y otros espacios políticos.
¿QUÉ APORTÓ LA CIUDAD DE BUENOS AIRES?
Nuestra ciudad una vez más se tiñó de violeta en todas las comunas, en algunas por más margen y en otras por menos.
El índice de participación fue del 69,20% con 1.732.259 personas que asistieron a los lugares de votación.
En el promedio de la ciudad LLA obtuvo para la cámara de diputados el 47,35%, obteniendo 7 bancas, Fuerza Patria llegó al 26,97% y se alzó con 4 lugares en la cámara baja, el FIT hizo una elección histórica superando los 9 puntos y obteniendo 1 banca, mientras Ciudadanos Unidos con 6% se llevó la restante. De esta forma, de las 17 listas que se presentaron, solo 4 obtuvieron representación.
Para la cámara de Senadores, la LLA trepó hasta el 50,32% logrando obtener las dos bancas por la mayoría y Fuerza Patria con 30,63 se llevó la tercera por la minoría
Un dato no menor en la Capital Federal fue el alto índice de votos en blanco (4,61%) que casi duplicó al promedio del país (2,74%), mientras que los votos nulos fueron muchos menos (1,31%) que el promedio nacional (2,46%)
Los guarismos fueron los siguientes:
LLA 47,56%
FP 26,28%
AJUSTE 9,47%
Ciudadanos Unidos 6,30%
Alianza Potencia 3,78%
UNA MIRADA PARA COMPRENDER LOS RESULTADOS
Más allá de los fríos números y la sorpresa inicial de los resultados, es necesario tratar de comprender, del modo más desapasionado posible, lo que está transmitiendo el pueblo con esta decisión.
A mí no deja de sorprenderme el alto número de ciudadanos que eligen no ir a votar, renunciando a su derecho, pero también a una obligación cívica ineludible. Su descreimiento y apartamiento del sistema debilita aún más esta democracia de baja intensidad que supimos conseguir, a la vez que erosiona parte de la legitimidad de origen a quienes terminan siendo los mandatarios que tomarán decisiones que marcarán nuestro destino y del país.
Cuando excluimos a este sector de la ecuación, y partimos solo de los que efectivamente fueron a votar, los números se distorsionan y se transforman en engañosos porque les asignan a los candidatos electos un respaldo que en realidad es mucho menor.
Al considerar el total del universo en condiciones de votar, nos damos cuenta que el oficialismo no fue elegido por el 40% de los electores, sino apenas por el 27%. Por supuesto, la misma medida corre para el resto de las fuerzas políticas.
Cuando lo miramos desde este punto de vista, el análisis toma otra dimensión, que, a mi entender, nos devuelve un reflejo más transparente del resultado electoral y nos facilita una mejor comprensión.
Sin quitar lo dicho en párrafos anteriores sobre quienes no fueron a votar, surge otra pregunta ¿Por qué un porcentaje tan alto tomó esta decisión?. Y una primera respuesta (aunque puede haber otras) la podemos encontrar en que a lo largo de estos 42 años la clase política no pudo, no quiso o no supo consolidar aquella aspiración que el presidente Raúl repetía una y otra vez en la incipiente democracia de 1983, cuando aseguraba que con ella “se come, se cura y se educa”. Toda esa esperanza con la que millones de argentinos volvieron a concurrir a las urnas después de los oscuros años del proceso militar, se fue diluyendo frustración tras frustración, de quienes quizás aún variando su voto trataron de encontrar una salida, inclusive quizás optando por un candidato que se presentó como un “outsider” y que a esta altura posiblemente también los haya desilusionado. Es razonable que ahora crean que da lo mismo ir a votar que no ir, porque entienden que su decisión “no cambia nada”.
Luego, por supuesto, está el tercio (27%) de aquellos que están conformes con el gobierno de turno, han depositado en él su confianza o su convicción ideológica siempre los lleva a elegir propuestas que se apegan al liberalismo económico y conservadurismo político , convencidos de que la “meritocracia” es la única senda por la que debe transitar cada individuo para tejer su futuro y el bienestar en “su metro cuadrado” , al mismo tiempo que entienden que el rol del Estado debe ser mínimo e inclusivo pueden estar de acuerdo con la lema del actual presidente que afirma que es “el topo” que vino “a destruir el Estado desde adentro”.
Por último, hay otro nutrido tercio que supera largo el 30% que no comulga con el modelo de país que nos propone Milei. Allí se encuentran no solo los que en esta oportunidad han optado por el peronismo, sino todos aquellos que votan alternativas claramente opositoras, ya sea por convencimiento ideológico y/o porque están padeciendo las políticas que se están implementando.
Bajo esta lupa, comprendemos lo que está pasando realmente al mismo tiempo que percibimos la volatilidad que puede tener esta coyuntura -como ya sucedió en gobiernos anteriores- aunque las redes sociales y los medios de comunicación intentan convencernos de una robustez que por ahora es solo imaginaria aunque se puede transformar en real si la dinámica política y social la termina validando.



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