miércoles, 19 de febrero de 2025

EDITORIALES

NOTA DE TAPA


"Para las Mujeres y Niñas en todas su diversidad:
DERECHOS, IGUALDAD, EMPODERAMIENTO"

Lema de Naciones Unidas para conmemorar el Día de la Mujer el próximo 8 de marzo de 2025

Escribe: Lic. MÓNICA RODRÍGUEZ. Dirección


Cuando decidimos escribir este artículo jamás pensamos que nuestro barrio sería el escenario luctuoso de un doble femicidio que recientemente impactó y trascendió en las noticias. La triste realidad se impuso a toda tarea de intelectualización y los números y datos volcados en esta nota dejan de ser “lejanos” para tener dimensión concreta que muestra que hay una violencia solapada detrás de los muros de ciertos hogares que puede pasar desapercibida para la mayoría pero cuando se desencadena muestra su cara más desgarradora.

El 11 de febrero se celebró el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia en todo el mundo con el objetivo de reducir la desigualdad de género que persiste en el ámbito científico y como forma de estimular las vocaciones en las infancias.

El próximo 8 de marzo se conmemorará un nuevo Día Internacional de la Mujer. Y aunque sea una verdad que a esta altura debería parecer de perogrullo, en los tiempos que corren, parece necesario recordar y enfatizar los motivos que llevaron a que esta fecha se convirtiera en un emblema de la lucha de la mujer por la igualdad.

Según algunos historiadores, fue un 8 de marzo de 1908, cuando 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. El motivo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.

Ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto por el día de la mujer en Chicago, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.

Con este antecedente, un año después, en 1910, se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague (Dinamarca). El tema central fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por moción Clara Zetkin, líder del “levantamiento de las 20.000”, se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en la huelga de 1908.

Más allá que algunos investigadores pongan en duda la correspondencia del siniestro de la fábrica Cotton con la elección del Día de la Mujer, lo cierto es que la falta absoluta de derechos, el sometimiento a jornadas de trabajo extenunates, magros salarios, persecución sindical, despidos injustificados, acoso y explotación infantil junto a otras profundas injusticias y desigualdades fueron el motor que marcaron el pulso de una lucha que aún no concluye.

Más cerca en el tiempo, en 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Luego, en 2011, se celebró el centenario de la celebración, con la premisa de Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU mujeres).

Este año, el 8 de marzo de 2025 Naciones Unidas propone que el Día Internacional de la Mujer sea bajo el lema “Para las mujeres y niñas en TODA su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento”.

Pasó más de un siglo, sin embargo, las mujeres seguimos batallando por la igualdad de género en todos los planos, contra todo tipo de violencia y tratando de romper los “techos de cristal” que nos imponen en el mundo laboral. Quedó demostrado que aún cuando las leyes nos amparen, la sola letra de molde no es suficiente para garantizar que esos derechos se cumplan, se requieren políticas públicas activas y de largo plazo para que los procesos se profundicen y se vayan alcanzando los objetivos.


VIOLENCIA DE GÉNERO Y FEMICIDIOS:

En Argentina, desde el 1º de enero al 31 de diciembre de 2024, se produjeron 283 femicidios, 3 lesbicidios, 8 trans/travesticidios y 24 femicidios vinculados de varones, según el informe anual del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” que dirige La Casa del Encuentro. Como resultado 343 hijas /hijos quedaron sin madre, el 52% son menores de edad.” Estas cifras implican una víctima cada 27 horas.



Esta ONG no duda en afirmar que “la violencia de género EXISTE y se profundiza cada vez más en contextos de pobreza y vulnerabilidad llegando en su expresión más extrema a transformarse en femicidio. La violencia de género no es un tema de inseguridad sino de Derechos Humanos”.

En Argentina la figura del femicidio se incorporó al Código Penal en diciembre de 2012 con la sanción de la ley 26791. Como precedente, es válido recordar que ya en el año 2009 se había creado la oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, impulsada por la doctora Elena Highton de Nolasco. En 2014 este organismo creó el Primer Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina.

El término femicidio fue concebido para expresar la forma más extrema de violencia contra las mujeres, producto de las relaciones inequitativas entre los géneros. En este sentido la CSJ explicó que concebir como femicidio los asesinatos de mujeres por razones de género permite una comprensión más profunda del fenómeno y sus causas, entre ellas un componente social que pone el eje en el hecho de que todas las expresiones de violencia contra las mujeres están arraigadas en construcciones de poder que ordenan las relaciones sociales entre hombres y mujeres.

Un informe de Naciones Unidas refleja que si bien el 81% de los homicidios en todo el mundo se cometen contra varones y niños, las mujeres y las niñas se ven afectadas por la violencia homicida en el ámbito privado. De esta forma, “aproximadamente el 56% de todos los homicidios de mujeres son cometidos por sus parejas íntimas u otros miembros de la familia, mientras que sólo el 11% de todos los homicidios de hombres se cometen en el ámbito privado”.

Otra triste realidad, da cuenta que en Argentina más de un 40% de los casos de femicidios que se producen quedan impunes o no reciben condena efectiva.


Dra. Eugenia Kahay
Científica argentina (*)
BRECHA LABORAL

En materia de “terminalidad educativa”, según el CIPPEC, las mujeres y los hombres con secundario completo son casi la misma cantidad. Incluso, ellas ganan en el ítem “estudios superiores incompletos” y en los “completos”. En el primer caso es 12,5% contra 10,5% (los hombres). Y casi el 15% de las mujeres terminan la facultad, mientras que los hombres no llegan al 11%.

La mala noticia es que la desigualdad de género en el ámbito laboral no parece estar en vías de mejorar. Porque a igual formación, dice la OCDE, las oportunidades son inequitativas: sólo el 43% de las mujeres de 25 a 34 años con educación secundaria tenían un empleo, mientras que entre los hombres de esa franja etaria, la ocupación se sitúa en el 84%.

Así, EL 76% de los argentinos con secundario incompleto participa del mercado de trabajo, pero cuando hablamos de mujeres, solo el 40% participa. En el nivel más alto se ve lo mismo: 95% de los varones con estudios universitarios completos participan del mundo laboral, mientras que de las mujeres, sólo el 84%”.

En el ámbito de la ciencia queda está absolutamente demostrado que la genialidad no tiene género, pero los prejuicios siguen a la orden del día y los “techos de cristal” en este ámbito se hacen bien palpables.

Según un documento de Naciones Unidas, en el mundo las mujeres siguen siendo una minoría en las áreas de la ciencia y no por falta de talento sino por estereotipos que limitan sus ascensos. Las mujeres en plena cuarta revolución tecnológica aún no tienen el lugar que merecen en el espacio científico y solo representan un tercio de esta comunidad, debido a que son cercenadas con quita de financiamiento a sus investigaciones, menores oportunidades a la hora de la publicar sus trabajos y menores accesos a puestos de alto nivel, comparado con los hombres.

En Argentina la realidad es similar. Seis de cada 10 personas que investigan son mujeres, pero la pirámide se invierte cuando la llevamos a posiciones de jerarquía. Así, mientras la mayor parte de las investigadoras se concentra en los niveles iniciales de la carrera, en los puestos directivos solo 3 de cada 10 puestos jerárquicos son ocupados por mujeres.

Y en el tránsito de la ocupación a la desocupación, también la peor parte se la llevan las mujeres. Entre las estadísticas brindadas por el INDEC, una de ellas da cuenta que entre el cuarto cuatrimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, la tasa de desocupación saltó del 5,7 al 7,7%, pero el crecimiento más pronunciado del desempleo se produjo en mujeres menores de 29 años, allí el porcentaje escaló del 13,4% al 17,3%.

Los últimos tiempos marcan cambios abruptos en las políticas públicas. Desde el Poder Ejecutivo Nacional se está tomando un camino de restricción de derechos. Así se redujo a su mínima expresión la línea 144 de acompañamiento a las víctimas de violencia, se desfinanciaron programas destinados a ayudar a esas mujeres, se prohibió la perspectiva de género y el lenguaje inclusivo en la administración nacional, se redujo la ESI (Educación Sexual Integral en las escuelas) sacando contenidos y eliminando materiales, incluso Argentina fue el único país que votó contra una Resolución de la Asamblea General de la ONU para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas. El presidente anunció recientemente en la Conferencia de Davos que impulsará la derogación de leyes contra la violencia de género y entre ellas funcionarios del gobierno anticiparon que impulsarán la eliminación de la figura legal del femicidio del Código Penal, los cupos laborales para minorías sexuales, la paridad de género en listas electorales y los documentos de identidad no binarios.

En la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno local confirmó la baja de rango del área destinada a la promoción de la igualdad de género y la incorporación de la perspectiva de género degradando la Subsecretaría de la Mujer, que el mismo Jorge Macri había jerarquizado al inicio de su mandato, para volverla a convertir en Dirección General. En este caso, las autoridades confirmaron que la repartición mantendrá las competencias intactas y continuarán llevándose adelante los programas vigentes. La Ciudad también modificó el programa de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. Ambas áreas dependen de la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio.

Mientras tanto, en el llano, las organizaciones de la Sociedad Civil siguen trabajando palmo a palmo, una ciudadanía que busca espacios de participación y sigue tejiendo redes cada vez más fuertes; siendo conscientes que hay tiempos más duros que otros donde se deben doblegar los esfuerzos y en definitiva ninguna lucha está perdida más que la que se abandona. Eso las mujeres lo aprendimos muy bien de quienes nos precedieron y las que hoy somos beneficiarias de ese legado no podemos y no debemos dar un paso atrás, porque nuestro principal compromiso es contribuir a allanar el camino de las nuevas generaciones.

Y una muestra de ello nos lo da la ONG ARCO VIOLETA de la Comuna 11, que realiza una encomiable tarea en favor de la Promoción de los Derechos de la Mujeres, Adolescentes, Niñas y Diversidades. La entidad, esta desarrollando un proyecto comunitario llamado "Botiquín Menstrual" que ha merecido que la Legisladora Delfina Velázquez presente una iniciativa para declararlo de Interés de la Ciudad de Buenos Aires. Nada mejor que cerrar esta nota con las sabias palabras que ARCO VIOLETA le dedicó al Día de la Mujer 2024: "No bajamos los brazos porque nuestro compromiso se hace más férreo en momentos difíciles y donde nuestros derechos se ven cercenados y en peligro".


(*) Eugenia Kalnay (1942-2024) formada en la Universidad de Buenos Aires, fue una meteoróloga argentina y sus contribuciones en el campo de la climatología ha sido extraordinarias. Fue la primera mujer en obtener un doctorado en Meteorología por el MIT. 
Siempre sostuvo que la Educación y la ciencia son herramientas para la transformación.
Eugenia indicó que desde 2010 la humanidad consume una vez y media lo que el planeta puede producir. Al ser consultada sobre el porcentaje del cambio climático atribuible al comportamiento humano, explicó que fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas de nieve u olas de calor récord, pueden deberse tanto a la variabilidad natural como al impacto humano, por lo que no pueden atribuirse completamente a los humanos. Sin embargo, afirmó que las grandes tendencias del clima global desde 1880, como el aumento de la temperatura media, son atribuibles casi en su totalidad al impacto humano, ya que ocurren a un ritmo mucho más rápido que cualquier cambio climático anterior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario