jueves, 23 de mayo de 2024

VILLA DEL PARQUE

CARTA DE LECTORES


Transformación y Esperanza:


ACOMPAÑANDO A NUESTRO HIJO EN SU ALFABETIZACIÓN


Un camino que nos hizo pasar por diferentes experiencias hasta llegar a conocer maestras maravillosas con quienes estamos infinitamente agradecidos.


Escriben: MARGARITA SAIEGH de SVINOBEZER y MARCELO SVINOBEZER

Papás de Uriel


Estimados lectores con el máximo respeto que ustedes merecen, nos animamos a a compartir nuestra experiencia como padres de un niño de 6 años que se encuentra en pleno plan de alfabetización.

Alfabetización, palabra nueva para nosotros, la cual es conocida hoy dentro del ámbito primario, pero para nosotros que tenemos entre 48 y 49 años no tenemos en la memoria que cuando atravesamos nuestra escolaridad se usaran esas determinaciones. En aquellos años los niños revoltosos solían frecuentar la dirección, estaba también el vaso de leche que donaba una famosa empresa,la factura donada por la cooperadora, la olvidada tiza blanca, y quien en los recreos no habrá hecho polvo con el olvidado borrador de madera y base de trapo.

Ahora nos encontramos con aulas que tienen pizarrones blancos, marcadores y borradores de goma, todo ha cambiado. En el pasado teníamos portera quien hacia los tramites, ahora se denominan auxiliares, las campanas que antes anunciaban el recreo fueron reemplazadas en la actualidad por timbres eléctricos, antes quién no le tenía miedo a las señoritas?. Y cada año era un desafío: números, letras, personajes históricos, como San Martin, Belgrano y Sarmiento; en los actos nos disfrazábamos con los trajes confeccionados por nuestras madres y celebrábamos felices los personajes que nos tocaban, y al recibir la bandera de ceremonia, todos tomando distancia, no se escuchaba ningún ruido, solo el latir de nuestros corazones al entonar el Himno Nacional Argentino.

He comenzado esta carta junto a mi esposa porque tenemos un niño de 6 añitos, quien comenzó su nueva etapa en la vida la primaria, un verdadero desafío para él y para nuestra familia. Con los recuerdos de nuestra primaria, intentamos adaptarnos a la nueva modalidad.

Nuestro hijo tuvo la particularidad de no completar su jardín, por razones de salud. Su sala de 4 no logró terminarla, la realizó en la misma escuela que asistí yo, no pudiendo los docentes ayudarlo y comprender al pequeño por su enfermedad. Cuando comenzó su sala de 5 volvieron a repetirse situaciones similares, no solo no lo asistían sino que su señorita se preocupaba en retirase a horario, dejando a mi hijo sin auxiliarlo ni con la simple tarea que puede significar ayudarlo ponerse su campera y su bufanda.

Entendimos que cambiarlo de escuela, sería lo mejor para él. En esa oportunidad, pasamos a una escuela de gestión privada situada en el barrio de Monte Castro. Pensábamos que lograríamos un adelanto importante. La escuela era con modalidad de doble jornada pero en el caso de nuestro hijo, el equipo de conducción decidió acortar su carga horaria y nos comunicaron que así sería durante unos meses porque observaban que el pequeño solo quería jugar (lo normal en un niño que cursa una sala de cinco).Pero el colegio no cumplió con su palabra de extender la carga horaria y nuestro hijo debió seguir asistiendo solo tres horas, desplazado de sus compañeros, haciendo que culmine su sala de 5 a merced de su propia suerte.

Junto a mi esposa nos sentíamos decepcionados, mirándonos uno al otro, nos preguntábamos: “¿Ahora cómo seguimos con la educación de nuestro hijo?”. Sin darnos por vencidos lo anotamos en una escuela del Gobierno de la Ciudad, de doble jornada. Debemos confesar que cuando comenzaron las clases estábamos temerosos de lo que nos depararía el futuro… paso una semana, dos, tres… un mes… dos meses… hasta la actualidad, que comprobamos que nuestro hijo concurre las 8 horas diarias risueño, con los berrinches y caprichos propios de un niño de su edad.

En esta escuela encontramos que todos lo apoyan, lo alfabetizan, donde no es no y si no hace caso, a la dirección (como en nuestros tiempos), donde lo escuchan, donde sentimos que el equipo de conducción y su docente, al igual a otros pequeños es un hijo más en el corazón de cada docente de esta escuela. La escuela a la que concurre nuestro hijo es la E.P.C Numero 7 D.E. 17 “República de México”. Está ubicada en la calle Juan Agustín García 2755.

Nos sentimos muy orgullosos y queremos hacer llegar nuestras inmensas gracias a sus directivos: Sra. Directora Mariela Patricia Baquero, Sra Vice Directora Marcela Zagarre, Sra. Secretaria Inés Sanjuas, sin olvidarnos de su docente Señorita Cinthya Wiederkelv.

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