lunes, 2 de octubre de 2023

EDUCATIVAS Y CULTURALES

EN RECUERDO A NÉSTOR


ESA TARDE LLUVIOSA DE ABRIL...


Escribe: HÉCTOR CANOSA. Vecino de Villa del Parque.


Esta es la breve historia de un hombre común, el que siempre me llamó la atención al verlo en el Bar Tokio, sentado a la mesa entrando a la derecha, contra la ventana y mirando hacia afuera, como esperando ver venir a alguien.

Un hombre que siempre tenía justificación para todo, si algún amigo lo defraudaba decía “no habrá podido”, “habrá tenido problemas”, justificaba hasta el engaño hacia él y hacia los demás, para él siempre había una causa o una respuesta a lo injustificable.

Mi pregunta es: ¿¿qué secreto guardaba ese hombre que lo hacía tan vulnerable?? ¿¿A qué le temía??

Un hombre grandilocuente que le gustaba llamar la atención y pucha si lo conseguía, pero si estaba solo, su mirada se fijaba en un punto a través de esa ventana tratando de encontrar respuestas que no llegaban o no aceptaba o no quería revivir.

Un hombre que cuidó y protegió a su madre, a sus hijas, a sus amigos y a su trabajo como nadie, pero aún así no era feliz algo lo atormentaba.

¿Qué lo perturbaba a ese hombre común que miraba a través de la ventana del café?, ¿Será esa tarde lluviosa de abril?, ¿Qué secreto guardaba ese hombre bueno y solidario que lo torturó toda la vida por dentro sin tener respuesta al por qué?

Sería esa tarde lluviosa de abril cuando la puerta marrón del internado, siendo aún un niño, se cerró tras él, quedándose solo, sintiendo el abandono de su madre, a la que también supo justificar y perdonar y a quien acompañó sin límites hasta su muerte.

Y se fue de este mundo sin encontrar respuestas a tanto dolor, ojalá ahora donde estés se abra otra puerta, la que logre tu calma y la paz que nunca tuviste. Esa tarde lluviosa de abril…

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