miércoles, 5 de abril de 2023

COMUNA 11

SIN RED


CRECE EL NÚMERO DE PERSONAS EN SITUACIÓN DE CALLE

Y a la par se multiplican los reclamos vecinales.


Domingo 2 de abril. 
Puerta de un edificio en Villa Devoto
Al ritmo de la persistente crisis económica que no parece hallar solución, impulsada por una espiral inflacionaria que no encuentra techo y niveles de ingresos que se deterioran de manera constante conforme la desvalorización de la moneda local, va dejando como lastre un número creciente de personas desvalidas que no pueden hacer frente a la situación.

Esta realidad no es nueva, lleva décadas; pero en los ciclos más críticos se agudizan y van engrosando el universo de personas que van quedando descartadas en una sociedad que es incapaz de desandar este camino. 

Los datos del segundo semestre de 2022 no son nada alentadores: la pobreza alcanzó al 39,2% de la población, pero medido en el segmento de 0 a 14 años trepa al 54%, lo cual indica que si las cosas siguen la misma tendencia , dentro de 10 años más del 50% de nuestra población adulta padecerá pobreza estructural, es decir, se trata de personas que son pobres no solo porque no llegan con la plata a fin de mes. Son pobres que han padecido a lo largo de su vida una pobreza multidimensional: no han tenido una nutrición adecuada, carecen de buena salud, no se les ha brindado una formación educativa que responde a las necesidades de la época y posiblemente tampoco hayan tenido acceso a salubridad (cloacas y aguas corrientes). Un ancla demasiado pesada para cualquier país que pretenda apuntar al desarrollo sostenible con inclusión y justicia social.

Hoy por hoy ya sabemos que no alcanza tener empleo formal para escapar de la pobreza si el grupo familiar no llega como mínimo a percibir más de $200.000 mensuales, cifra necesaria para ser considerados de clase media, aunque a decir verdad difícilmente este monto sea realmente suficiente para cubrir los gastos indispensables de una familia, ni hablar si en el presupuesto debe incluirse el valor del alquiler de una vivienda.

1º/04/2023. Túnel Cerati
Así las cosas, en esta Argentina sin red o con sistemas débiles de contención, al que lo agarra mal parado porque ha perdido su puesto de trabajo, porque ha tenido problemas personales, familiares, de salud física o mental, o ha quedado sometido a algún otro tipo de vulnerabilidad, puede terminar en situación de calle.

Y en la calle todo se vuelve mucho más difícil. Las noches son largas y peligrosas por los ataques que se pueden dar por parte de otras personas en la misma condición u otros. De manera que bajo las estrellas nadie duerme, se mantiene la vigilia y recién cuando vuelven los transeúntes y vehículos a circular, con gente que viene y que va, las personas en situación de calle pueden darse el lujo de pegar un ojo.

Algunos de quienes están atravesando estas circunstancias, recurren a paradores del Gobierno de la Ciudad, si tienen la suerte de llegar temprano cuando el cupo aún no se cubrió. Estos ámbitos, sin embargo, no siempre son elegidos porque al discriminar por sexo, hay personas que no desean separarse y mucho menos cuando se trata de progenitores e hijos, también pesa en la decisión tener que abandonar mascotas. Otro punto cuestionado es que se les permite entrar solo con un "bolsito", sin otro tipo de pertenencias (colchones, carritos, mantas…). Para estas personas la pérdida o falta de estos elementos cuando salen de los paradores puede significar que las noches subsiguientes sean mucho más duras e inclusive corran el riesgo de no sobrevivir si las temperaturas bajan demasiado.

25 de Marzo. Túnel de Av. Nazca.
Además el paso peatonal estaba anegado
Las iglesias y organizaciones de la sociedad civil suelen dar una gran mano a personas en situación de calle, brindándoles espacios para higienizarse, alimentos calientes, ropa y hasta una escucha que en algunos casos permite encontrar caminos de salidas de estas condiciones tan límites. Esta solidaridad forma la escasa red de contención que hoy cubre en gran medida las grandes falencias del Estado. Si no existieran tantas personas bondadosas que se organizaran y movilizaran para ayudar al prójimo, seguramente todo sería mucho peor.

Esta realidad que es indudablemente injusta para quien la padece, no lo es menos para el vecino que debe soportar muchas veces frente a su propio domicilio personas que viven y duermen en situación de calle. Y si bien algunas de estas personas son tranquilas y tratan de pasar lo más desapercibido posible, otros por el contrario se reúnen en “ranchadas”, se instalan a la luz y a la vista de todos: duermen, pelean, comen y beben, algunos producto de sus adicciones o por sus malas condiciones de salud mental discuten y agreden a transeúntes e inclusive a quienes se acercan a brindarles algún tipo de colaboración; a veces se producen arrebatos sobre todo en calles solitarias y en pasos bajo nivel, hacen sus necesidades y hasta en casos extremos tienen sexo con sus parejas en plena calle.

Familias enteras en situacion
de calle
Frente a esto la convivencia social se hace casi imposible y es natural que los residentes que temen por su propia seguridad y la de su familia, sobre todo cuando tienen niños y adolescentes que deben circular por la vía pública, solicitan que el Estado, de la ciudad y nacional, se ocupan y tomen cartas en el asunto.

En los últimos meses y a la par que crece en la Comuna 11 (Villa del Parque, Devoto, Villa Santa Rita y Villa General Mitre) y en barrios linderos como Agronomía y Villa Pueyrredón, las personas en situación de calle, también se multiplican los reclamos sin que haya una solución por parte de las autoridades comunales, de la ciudad y/o nacionales.

Lejos de los reproches y de querer desentenderse de las responsabilidades, parecería que la gravedad del momento indica que esta problemática debería tener un tratamiento interjurisdiccional donde se activen los diferentes recursos del Estado para articular políticas y coordinar acciones tendientes a atender las urgencias de las personas en situación de calle y garantizar la debida seguridad y tranquilidad en el espacio publico. 

Para las autoridades sería de gran utilidad convocar a las instituciones y grupos organizados de la sociedad civil que dan atención y contención a personas en situación de calle. Estos trabajadores sociales ad honoren suelen tener relevamientos realizados, conocen a las personas porque los tratan asiduamente, saben las necesidades y hasta pueden aportar ideas en pos de soluciones concretas.

UN PASO ADELANTE

(que no debe quedar en letra muerta)

Y algunas medidas en este sentido se han tomado en las últimas semanas.

Conmovidos por la muerte de la pequeña de apenas tres meses que vivía desde su nacimiento hasta su triste deceso en la recova de la avenida Paseo Colón junto a sus padres y hermanos que ya llevaban dos años en ese estado, el gobierno nacional encontró reglamentar (mediante el decreto 183/2023) la ley N° 27.654 (que estaba sancionada desde 2021) sobre personas en situación de calle y familias sin techo, una norma que busca proteger, garantizar integralmente y hacer operativos los derechos humanos de estas personas que sufren de “ extrema vulnerabilidad social”.

La norma propone una “mirada integral” para abordar lo que considera “una de las expresiones sociales más graves de la precariedad habitacional” . De acuerdo al texto oficial, estas personas “necesitan mayor atención por parte del Estado” y su “vulnerabilidad social extrema” supone riesgos para su vida y su salud.

Entre las medidas el decreto establece:
• Una mesa de trabajo bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social
• Activar desde la cartera social y desde el Ministerio del Interior los mecanismos necesarios para dar acceso al Documento Nacional de Identidad (DNI) a aquellas personas en esta situación de vulnerabilidad que carezcan de él.
• Establecer un protocolo de procedimiento de actuación de la fuerza pública para tratar con personas en situación de calle y en riesgo a la situación de calle. Las fuerzas de seguridad, “deberán intervenir procurando evitar daños, dando parte inmediatamente y colaborando con el sistema de emergencias sanitarias que corresponda”.
• Se establezca una Red Nacional de Centros de Integración Social, de atención permanente y continua las 24 horas del día y los 365 días del año, que presten servicios socio asistenciales básicos de alojamiento, alimentación, higiene y cuidados de la salud y además desarrollen actividades de capacitación y ocupación, adaptadas a los conocimientos y necesidades de los destinatarios y las destinatarias.
• La autoridad de aplicación “deberá realizar un levantamiento nacional de las personas en situación de calle y en riesgo a la situación de calle” en coordinación con el INDEC.

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