jueves, 1 de diciembre de 2022

VILLA DEVOTO

PATRIMONIO HISTÓRICO, ARQUITECTÓNICO Y CULTURAL


CASA FRANCISCO BEIRÓ


Esta antigua casona sometida al abandono y vandalismo, aunque no al olvido de sus vecinos, guarda reminiscencias de su pasado señorial y pareciera que sus muros, testigos de una parte sustantiva de nuestra historia, aún luchan para no darse por vencidos, esperando ser salvados de un derrumbe anunciado.





Vecinos, entidades, diferentes colectivos de la sociedad civil e inclusive dirigentes de partidos políticos vienen bregando desde hace años por la recuperación de esta casa que es un baluarte histórico, arquitectónico y cultural no solo de Villa Devoto y la Comuna 11 sino también de la ciudad de Buenos Aires.

Esta antigua casona sometida al abandono y vandalismo, aunque no al olvido de sus vecinos, guarda reminiscencias de su pasado señorial y pareciera que sus muros, testigos de una parte sustantiva de nuestra historia, aún luchan para no darse por vencidos, esperando ser salvados de un derrumbe anunciado.

Para saber el valor de lo que la ciudad de Buenos Aires está a punto de perder, basta darse una vuelta por la esquina de José Luís Cantilo 4500 en el barrio de Villa Devoto y pararse a observar esta finca levantada alrededor de 1910 que aún conserva un halo glamoroso que alguna vez supo brillar en todo su esplendor, con mármoles, granitos en pisos, revestimientos, mayólicas y un imponente portón de entrada con las iniciales de quien la mandó a construir y fuera su dueño, el Dr. Francisco Beiró.

Fuente: @Casa.Beiro
TESTIGO DE LA HISTORIA

El Dr. Beiró nació en Rosario del Tala, Provincia de Entre Ríos, el 19 de septiembre de 1876. Fue un militante de la Unión Cívica Radical que desempeñó a lo largo de su carrera importantes funciones en diferentes cargos. Fue intendente de la Capital Federal, diputado nacional en el período 1918-1922, Ministro del Interior durante la primera presidencia de Hiólito Yrigoyen y electo vicepresidente de la Nación en la fórmula Yrigoyen – Beiró (1928), mandato que no llegó a ocupar por fallecer poco antes de asumir, a la edad de 51 años.

A través de la memoria de antiguos vecinos podemos reconstruir parte de la trascendencia que tuvo esta morada en momentos claves de la historia argentina y valorar la labor del Dr. Beiró como dirigente político, como funcionario y también como vecino fomentista que dio impulso a un barrio que por aquel entonces empezaba a desarrollarse.

Recurrimos al libro “La Villa Devoto que vi crecer”. Su autor, “Colito” (Fortunato Nicolás Troisi), dedicó varios pasajes a recordar a su ilustre vecino “era un hombre de pueblo y muy sencillo” que vivía en “Cantilo y Marcos Paz. Todas las mañanas iba a la par de los trabajadores, siendo diputado Nacional, a sus ocupaciones caminando a la Estación Devoto a tomar el tren o el tranvía”.

Más adelante sigue rememorando “Fue propulsor del progreso de los barrios de Villa Devoto haciendo empedrar calles, colocando el alumbrado púbico y también dio un gran impulso al barrio de Villa Real y El Talar como al club Estudiantes de Buenos Aires que en aquel entonces se llamaba Sportivo Devoto”.

“El Dr. Hipólito Yrigoyen concurría casi diariamente a la casa de Dr. Beiró durante el período de su enfermedad”. Y señala que “tuvo la suerte de ver en varias ocasiones al Dr. Hipólito Yrigoyen paseando y conversando en su amplio jardín (de la casa de Cantilo 4500), como también tuvo ocasión de ver al Dr. Marcelo T. de Alvear durante la enfermedad del Dr. Beiró, así como al Dr. Le Bretton y otras grandes autoridades reunidas en dicho hogar planeando la suplencia de la vicepresidencia”.

Colito cierra esta sección de su libro dedicada al Dr Beiró, diciendo “se distinguió por su honradez; cuando falleció su único bien era su casa de Villa Devoto, con dos hipotecas, a pesar de haber sido diputado, ministro, vicepresidente electo de la Nación.”

Luego de su fallecimiento, su familia siguió habitando la propiedad hasta que finalmente sus descendientes decidieron venderla en el año 2007, siendo adquirida por un conocido rematador de la zona que planeó en ese predio un nuevo desarrollo inmobiliario.

Pero, la Legislatura, haciéndose eco del pedido de la Junta de Estudios de Villa Devoto, sancionó una ley el 6 de febrero de 2008 por el cual le otorgó protección “estructural”.

Gracias a la sanción de esta legislación se evitó que la casa fuera demolida hasta ahora.

Pero las gestiones que desde entonces viene haciendo la comunidad no consiguieron que se plasmen en decisiones de los representantes legislativos y/o del propio Poder Ejecutivo de la Ciudad para asegurarle un mejor destino.

Así en estos infructuosos 24 años vimos como día a día la casa se sigue deteriorando y sabemos que cuando el tiempo venza la fortaleza de sus muros y finalmente ya no sean capaces de sostener a los techos la protección “estructural” también se desmoronará automáticamente y entonces el actual dueño tendrá la libertad de darle a ese terreno el destino que desee.

De nada sirvieron hasta ahora los proyectos que tuvieron trámite legislativo y que invariablemente corrieron la misma suerte: ser “cajoneados” hasta perder estado parlamentario.

Pero aún quedan algunas chances. Aún está en vigencia el último proyecto que se le volvió a dar estado parlamentario este año a través del Legislador Ocampo y que promueve que la propiedad sea adquirida por el Estado de la Ciudad, se refaccione y se convierta en un "Museo de la Democracia y Centro Cultural”. La última oportunidad para que sea tratado en el actual período legislativo es que se lo incorpore en el temario de la última sesión que se celebrará el próximo 15 de diciembre.

Y hay otro proyecto elaborado por la Asamblea Devoto Unido y presentado por la diputada Claudia Neira que incorpora el Título X y propone crear el Museo Francisco Beiró para lo cual solicita que se declare de utilidad pública y sujeta a expropiación la casa que fuera de este ilustre patriota.

Es decir, proyectos no faltan, lo que hasta ahora falta es la decisión política de nuestros representantes y de nuestros mandatarios de llevarlos adelante.

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