sábado, 5 de diciembre de 2020

CIUDAD DE BUENOS AIRES

FLAMANTE LEY


ARBOLADO PÚBLICO

Se propone sumar 100.000 árboles anuales con especial énfasis en las comunas más despobladas de ejemplares. 

¿Esta vez las promesas pasarán del papel a la realidad?


A pesar de estar entre las áreas con 
más arbolado, la Comuna 11 tiene menos
árboles que hace una década
El 26 de noviembre la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó una nueva ley que se propone sumar 100.000 árboles anuales y propone implementar un programa de reforestación centrado en las comunas 3, 9, 10 y 14 que son las que registran los más bajos niveles de arbolado.
La iniciativa apunta a alcanzar un 35% de cobertura arbórea del espacio aéreo de la Ciudad dentro del plazo de siete años, contados desde la entrada en vigencia de esta norma.
La ley establece que la definición de los lugares de plantación se realizará en función de aspectos ambientales, paisajísticos y utilitarios, priorizando las planteras de alineación vacías o sub-ocupadas y los espacios de dominio público de las Comunas que registren menor cantidad de ejemplares, conforme los datos del último censo realizado en 2018 por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.

Una vez más la ciudadanía recibe con beneplácito medidas que tienden a mejorar el ecosistema porteño, pero una vez más nos preguntamos si finalmente estas medidas quedarán en la letra muerta del papel o pasarán a convertirse finalmente en realidad.
Y esto no lo decimos por tener un punto de vista pesimista, los hechos refrendan nuestras dudas.
Tomemos como punto de partida el censo fitosanitario realizado en 2011 –financiado por el Banco Mundial-, que arrojó la presencia de 424.699 ejemplares, contando el arbolado de alineación y los que están en parques y plazas. Según ese relevamiento, había 372.699 árboles en veredas y 52.000 en plazas y parques.
Por ese entonces las comunas con más árboles eran la 9 (Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda), 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita) y 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón) con 38.687, 37.521 y 36.474 ejemplares respectivamente. En aquel momento, las más despobladas resultaron ser las Comunas 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución), 2 (Recoleta) y 3 (Balvanera y San Cristóbal).

El 29 de agosto de 2013 el gobierno de la ciudad lanzó el Master Plan de Arbolado por el cual anunció que se iban a plantar 70.000 árboles en los siguientes 10 años, previendo incorporar alrededor de 500 ejemplares por comuna por año.
Redoblando la apuesta, el 9 de junio de 2014 el jefe de gobierno Mauricio Macri, lanzó el ambicioso Plan “Buenos Aires Verde” proponiéndose incorporar 1.000.000 m2 de espacio público verde a los 750.000 ya existentes. Según esta promesa cuando se terminara de implementar el plan en el 2034, todos los porteños tendrían garantizada una plaza a no más de 350 metros de su casa… Esta política de Estado que debe atravesar 8 gestiones, también impulsa las terrazas verdes en edificios públicos y privados; la construcción de «conecto- res ambientales» (calles densamente arboladas); plantar 400.000 árboles hasta llevar a 1.000.000 la cantidad de ejemplares en pie; crear autopistas «verdes» y jardines verticales, y generar espacios urbanos en los barrios, delimitados con pautas que privilegien la circulación peatonal, llamadas macro-manzanas.
Para el 2019 el gobierno prometió plantar 12.000 nuevos árboles.

Ahora bien, ¿Cómo podemos los porteños evaluar si vamos por el buen camino, si las promesas se van haciendo realidad o fueron solo discursos que se inscriben en el marketing político? Evaluando los resultados. Por suerte, en este caso, tenemos parámetros para guiarnos.

En el año 2018 un equipo de especialistas de la Facultad de Agronomía de la UBA, a pedido del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, realizó un nuevo censo. El reciente relevamiento indica que hay un total de 431.326 árboles en veredas, plazas y parques. Algo alentador porque significa que hay 6.887 ejemplares más respecto del censo anterior y además para llegar a esta cifra tuvieron que reemplazar 27.137 árboles por falta de vitalidad, situaciones de emergencia o tormentas.
Ahora bien, cuando desagregamos esas cifras, observamos que la cantidad de ejemplares de alineación cayó a 370.916, se encontraron 20.132 espacios vacíos, 9.027 planteras subocupadas que albergan especies de pequeño porte y 2.828 planteras cerradas con cemento que deberían ser recuperadas para la plantación futura de ejemplares. La contratara es que los parques, plazas y jardines ganaron ejemplares, llegando ahora a 61.810.
A partir de los informes, comprobamos que se ha modificado la composición etárea respecto del 2011. Mientras el primer censo registró unas 300 variedades, en el último relevamiento se hallaron 359 variedades en espacios verdes públicos, con una gran plantación de tipa. Igualmente, las especies con más presencia en la ciudad siguen siendo las mismas y prácticamente conservan la misma relación: fresno rojo americano, plátano, ficus, jacarandá y tilo.
Por supuesto, revisamos la situación de la Comuna 11, que sigue estando en un segundo lugar, siendo una de las jurisdicciones más arboladas de la ciudad, aunque con respecto al 2011 sufrió un leve descenso y hoy se contabilizan 37.349 árboles, la Comuna 9 tuvo un descenso más abrupto aún y paso del primer puesto que ostentaba en 2011 al tercero en la actualidad con 36.418 árboles; la Comuna 12 pasó a liderar con 38.824 árboles.

En síntesis, en el 2020 el Máster Plan de Arbolado cumplió 7 años de vida. Según esta planificación la ciudad actualmente debería tener 44.000 ejemplares más y la Comuna 11 haber ganado unos 3.500 árboles. Pero estamos muy lejos de alcanzar esas metas, ya que el total de ejemplares de alineación disminuyó a nivel ciudad y particularmente la Comuna 11 registra menos árboles que en el 2011, aunque no ha modificado su posición en el ranking.
Un punto positivo es que a la par de lo que sucedió en la ciudad, hay más biodiversidad, ayudando a disminuir el impacto de plagas o enfermedades. Las especies no permitidas, a medida que necesitan ser removidas por falta de vitalidad son reemplazadas por ejemplares de especies más acordes, gracias a ello se han incrementado los jacarandás, el crespón, el liquidámbar y la tipa.

De parte nuestra solo resta decir que ojalá esta nueva y ambiciosa iniciativa que contó con 50 votos positivos en la Legislatura, esta vez se transforme en realidad porque como todos bien sabemos más allá de embellecer nuestro entorno, el arbolado urbano y los espacios verdes públicos cumplen una función trascendente en la vida de las grandes ciudades.
Desde el punto de vista ambiental, los árboles purifican el aire, contribuyen a reducir el efecto invernadero, mitigan el cambio climático, combaten la contaminación sonora y visual, ayudan a disminuir el consumo energético y propician un paisaje natural. Desde el aspecto social, los espacios verdes crean un entorno agradable para la recreación, diversión y el encuentro comunitario. No menos importante es su función positiva para la salud física y mental de los habitantes.

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