miércoles, 24 de julio de 2013

EDITORIAL

LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS
Escribe: JOSÉ CESAR RODRÍGUEZ NANNI - Director

Todos los días podemos festejar la vivencias de nuestros niños, únicos merecedores de nuestros privilegios, cuidados y cariño, brindarles nuestra atención y mucho amor, son la garantía de un porvenir que no dudamos con obstáculos, pero la base que los lazos de familia brindan, fortalecen a quienes desde la infancia aprenden a valorarlos y permanecen en el recuerdo los momentos felices de esa etapa de la vida.
Si bien los padres tienen la responsabilidad primordial de la crianza de los niños, al Estado le corresponde el soporte de prestar asistencia apropiada a las familias, afirmando la seguridad para protegerlos contra el perjuicio físico y mental, incluido descuido, abuso sexual o explotación.
“La enseñanza primaria será obligatoria y gratuita” recomienda la Convención sobre los Derechos del Niño, inserto en nuestra Constitución Nacional donde explicita que “…todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida y los Estados garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño”.
La Convención reconoce la función primordial de la familia en el cuidado, la protección de los niños, así como el Estado ayudarlos a cumplirlo, teniendo presente los derechos sin distinción alguna, sin contemplar el color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen (nacional, étnico o social), la posición económica o los impedimentos físicos, entre otros.
Un papel relevante tienen las organizaciones intermedias que colaboran para asumir e interpretar a las familias en lo material, como así también en lo cultural, moral y espiritual.
Contribuyen los clubes de barrio y los municipios que pueden ser garantía para una justa distribución de los servicios que favorezcan la integración de cada núcleo familiar sin marginaciones en la comunidad.
Todos podemos desarrollar hábitos de solidaridad y cooperación que harán alcanzar el fin que anima a todos a fortalecer la unión y poder consolidar nuevamente la Mesa Familiar.
Ello requiere dedicación y la convicción que nuestro mayor valor como sociedad es hacer efectivos y de manera prioritaria los privilegios de nuestros niños.
¿Usted qué opina?

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