SOCIEDAD
EL FENOMENO TINELLI Y NUESTROS MODOS DE VINCULARNOS
Escribe: Lic. YAZMÍN CHAYO - Psicóloga
Los programas de televisión suelen revelar ciertas formas de vincularse socialmente a la vez que son constructores de identidades sociales. En especial los más populares pueden aportarnos información de las formas de funcionamiento de una sociedad determinada ya que allí emergen y se tornan visibles.
Así realizar un análisis de uno de los programas de mayor éxito en la Argentina: Show Mach, conducido por Marcelo Tinelli, puede hablarnos mucho acerca de sus espectadores.
En primer lugar cabe mencionar que Tinelli despierta en el público sentimientos encontrados; por un lado admiración y devoción, que proviene en general de los sectores más populares; el conductor comprende como nadie la lógica con que ellos se manejan. Por otro lado genera también cierto desprecio, proveniente de un público más instruido, pero sobre todo de aquellos que cuestionan el sistema de valores que Tinelli pone en evidencia. Ha sido una constante a lo largo de los años en su programa el burlarse de los demás, sobre todo de los más débiles, bien sea que esta debilidad se deba a problemas mentales (rigidez en la conducta, etc.), culturales (tales como falta de dominio del español o de otros idiomas o falta de cultura general) o físicos (defectos, fealdad, etc.).
Más allá, o más acá, del reproche moral que puede hacerse a mostrar estos comportamientos, los mismos son reveladores de que la burla a nivel social, al menos en ciertos sectores populares de la Argentina, está instalada como una práctica corriente que divierte y genera bienestar al burlador.
Detrás de la burla se esconde una búsqueda de la risa y de que queden depositados en el otro los aspectos denigrados.
Otro punto de interés lo constituyen las constantes peleas, discusiones y altercados que se originan entre los distintos protagonistas del programa, sean estos, jurados, participantes, parejas o familiares de los mismos. Generalmente son personajes grotescos, profundamente narcisistas, preocupados por la imagen física o por ostentar el lujo en que viven. En muchas ocasiones se exhiben facetas perversas y despiadadas de los poderosos a través de los mismos, tales como la prepotencia. ¿De qué nos habla tanto interés por tales personajes de conductas reprochables? Desde luego puede significar varias cosas, entre ellas que los sistemas de valores están cambiando, pero probablemente también encarnan caricaturas que las clases bajas se forman acerca de los poderosos, que les crean una curiosidad casi morbosa.
El modo como la sociedad genera continuamente exclusión social queda reflejado en la eliminación semana a semana de un participante, la lógica del “quedarse afuera” reproduce la lógica de expulsión del sistema, que no sólo es tolerada sino que constituye un punto de particular interés del programa. Y justamente allí es donde el espectador tiene el mayor poder, ya que finalmente es él el que determina quién es el que se queda o se va del programa. Esto sin duda genera la ilusión de un poder de decisión que en realidad es el opuesto al que efectivamente tienen en la vida cotidiana.
Comentarios: yazchu@fibertel.com.ar
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