martes, 16 de enero de 2024

VILLA DEVOTO

BUENAS NOTICIAS!


REABRIÓ SUS PUERTAS EL CAFÉ DE GARCÍA


El barrio recupera parte de su historia viva.




Con gran alegría recibimos la noticia que en el día de ayer y luego de una intensa tarea de remodelación y restauración reinauguró el Café de García, ubicado en la calle Sanabria 3300, esquina José Pedro Varela.

Catalogado como uno de los 75 Bares Notables de la Ciudad y declarado de interés cultural, esta típica casa volvió a atender al público manteniendo su fisonomía tradicional pero aportando una nueva oferta que seguramente será de interés de los parroquianos y de turistas que gustan visitar estos lugares tan característicos de Buenos Aires.

En su primer día, recibió la visita de curiosos y también de clientes que no se privaron de recorrer sus instalaciones y aprovecharon para degustar su tradicional cafecito y probar algunas de las propuestas de la flamante carta que ayer estaba de estreno.

TRISTEZA QUE PRONTO SE CONVIRTIÓ EN ESPERANZA

Retrotayéndonos en el tiempo, recordamos que fue un 17 de julio de 2022 cuando trascendió que los antiguos dueños del bar García habían decidido vender la propiedad y dar fin a su ciclo frente al comercio.

En un primer momento pareció que aquel emblemático bar de Villa Devoto, fundado en 1927 por el matrimonio Metodio y Carolina García y luego continuado por sus hijos Hugo y Rubén bajaba sus persianas definitivamente.

Pero a poco de andar nos enteramos que el inmueble había sido comprado por el grupo empresario LOS NOTABLES, que en alianza con otro holding habían decidido hacer una sustantiva reforma manteniendo el espíritu del lugar para continuar con la explotación del mismo fondo de comercio ni bien pudieran concluir las obras.




Recuperado en todo su esplendor, el Café García volvió a partir del día de ayer a ser uno de los bares notables de la ciudad de Buenos Aires y seguirá sirviendo sus características infusiones, las incomparables picadas que lo hicieron famoso y los típicos platos de bodegón que lo caracterizaban, además de otros platos que ahora se incorporaron al menú, ampliando así su oferta gastronómica.

Los Notables se dedican a hacer inversiones y apostar en este sector. Así ya han recuperado varios bares emblemáticos de la ciudad, entre otros: El Federal, El Café de la Poesía, El Bar de Cao (Independencia y Matew). Entienden la importancia de conservar estos lugares tradicionales de Buenos Aires.



RECUERDOS DEL PASADO...

El edificio del Bar García data de mediados del siglo XIX. Se encuentra en la esquina de Sanabria y José P. Varela y cuando inauguró allá por el año 1927, esas calles se llamaban Viena y San Roque respectivamente.

Ornamentado con antiguas rejas por donde trepaban las aromáticas glicinas, este lugar de encuentro te recibía con dos galerías que forman el Paseo de Metodio y Carolina, allí donde se instalaban las mesas habilitadas en la vereda.

Al borde de la línea municipal, el local comercial se desarrollaba en una sola planta y lo remataba una balaustrada.

Una de sus características más pintorescas era la cantidad y variedad de objetos que adornaban tanto el exterior como su interior. Así, en su entrada podía verse un farol de estilo antiguo, una vieja bomba de agua, la rueda de un viejo carro, y esas rejas colmadas desde desde la primavera y hasta bien entrado los primero fríos con las hermosas glicinas que casi cubrían todo el frente y daban sombra a las galerías en verano.

Cuando traspasabas la puerta, te encontrabas con un salón principal ocupado por las típicas mesas y sillas de bares y en una sala contigua tres mesas de billar esperaban a los parroquianos que se daban cita para jugar unos partidos.

Sus paredes estaban cubiertas de antiguas propagandas de bebidas y automóviles, recortes de revistas deportivas fuera de circulación, viajas fotografías, autógrafos, dedicatorias de personajes famosos que pasaron por allí como Félix Luna, Alejandro Dolina, Antonio Carrizo, Fernando Bravo, Mariano Mores, Enrique Cadícamo, Horacio Ferrer, Víctor Hugo Morales, Enzo Francescoli, Fernando Redondo y hasta el estadounidense Francis Ford Coppola.

Así lucía su frente en sus primeros años
El trofeo deportivo más buscado por las visitas era la camiseta de la Selección Argentina de Fútbol autografiada por Diego Armando Maradona, vecino del barrio durante parte de su vida.

También muchos objetos antiguos engalanaban ese lugar de encuentro: una araña central junto a trofeos de caza, utensilios de cocina, frascos de aceites, botellones, cestas, radios, máquinas de coser, espejos, registradoras, botellas de gaseosas viejas y hasta un frasquito de gomina Brancato, etc.

Por una puerta lateral que daba sobre José Pedro Varela se accedía a un pequeño salón que otrora fue la habitación del matrimonio García y que en sus últimos días en manos de la familia, se usaba como un anexo del bar.

Como corolario de su singularidad, los visitantes podían leer una placa de bronce que lucía en la fachada del local:
"El café es uno de los pocos sitios a salvo de nuestras inconstancias. Es uno de los pocos espacios comunes a resguardo de la inclemencia de los tiempos. Más allá de que madera y estaño apenas resistan los embates del plástico y la fórmica, los cafés porteños permanecen. El que hayan sido sentidos como segunda madre o segundo hogar, quizá explique nuestra entrañable relación con ellos. Lugar de encuentros, el café es también escenario para exponerse u ocultarse, para la compañía o la soledad. En sus mesas y mostradores se charla y monologa, pero también se calla. El café es un continente de la vida, un recipiente de sus contradicciones: allí se hacen y deshacen amistades, se tejen y destejen amores. Son, al fin, territorios comunes dentro de una ciudad cruzada por altas murallas invisibles."


La terraza es un nuevo espacio que pronto estará a disposición de los clientes

Siguiendo las reminiscencias de sus mejores épocas, entre sus muros aún permanecen los recuerdos y vivencias de un barrio que creció y se desarrolló con este bar como testigo, pero ahora sus nuevos titulares le dieron su propia impronta. A diferencia del antiguo local, las nuevas instalaciones cuentan con el típico salón de planta baja ha renovado parte de su mobiliario, se mantiene la tradicional barra con su máquina registradora, aunque ya no existen dos salones divididos sino un solo espacio integrado, desaparecieron las mesas de billar de otrora pero se conservan algunos de los clásicos tacos colgados de sus paredes. Quizás la mayor novedad sea la reforma de la primer planta, que tras su acondicionamiento luce una gran terraza preparada para convertirse próximamente en el lugar preferido de visitantes que gustarán de estar en noches de verano tardecitas otoñales mientras disfrutan de la buena gastronomía del lugar.

2 comentarios:

  1. Que Bueno ...recuperamos un GARCIA ...clasico de l villa ....hay que ir a catar

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  2. Mi hijo me lo comentóhace unos dias parece que conoce al dueño y fué a tomar café yo no lo conocia

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