DERECHO DE FAMILIA
AMOR A LA DISTANCIA
Escribe: Doctora NORMA TOLEDO TORRES y Srta. LUCÍA VEREA (*)
Debido a la situación actual del país, día a día incrementa el número de padres que ven a sus hijos abandonar el suelo nacional en búsqueda de un futuro mejor, y viceversa, de niños, niñas y adolescentes que despiden a sus progenitores en Ezeiza con la esperanza de un pronto reencuentro físico.
Cuando un hijo se va de la casa familiar para emprender su propio camino, siempre implica una especie de "duelo" para los padres, pero cuando a ese proceso se le suma la lejanía por una emigración puede volverse un momento más complejo porque la distancia no se mide en kilómetros, sino en millas.
La "casa vacía" genera sentimientos encontrados. Por un lado, la tristeza de tener lejos a los hijos por mucho tiempo y el saber que la composición de la familia tradicional se diluyó. Por otro lado, yace la satisfacción de saber que ellos están bien. La distancia se compensa con la tranquilidad de verlos progresar y desarrollar una vida que acá, sin dudas, no hubieran podido.
Desde el punto de vista de los menores, se extraña lo cotidianeidad, lo que puede llegar a ser muy difícil de atravesar si a ello se le adiciona un divorcio o separación vincular de por medio. En este sentido, es de suma relevancia el acompañamiento emocional del progenitor conviviente y la asistencia paralela de profesionales de la salud, tal como psicólogos y psicopedagogos en las instituciones educativas.
Mamá y papá ya no están más juntos, pero, a su vez, uno de ellos se fue a vivir al exterior y está presente a su manera: paga la cuota alimentaria, manda regalos, etc. Se nota su partida en cosas como las salidas a pasear, en los almuerzos del domingo, en las cenas de navidad y fin de año, en las caricias, los besos y abrazos que no llegan. Si ello es difícil y doloroso para un adulto, claro está que en la mente de un niño, niña o adolescente resulta aún más complejo de procesar.
Como una forma de amortiguar las distancias, en Familias al Derecho redactamos y hacemos cumplir régimenes especiales de comunicación entre padres e hijos.
La era digital llegó para quedarse y las aplicaciones del celular y ordenador (Zoom, WhatsApp, etc.) nos dan la ilusión de cercanía. Con distintos husos horarios, buscamos coordinar agendas para los encuentros familiares a través de éstas.
Sabemos que dichas reuniones no reemplazan la calidez humana, por lo que intentamos planificar viajes en la medida de las posibilidades de los padres.
Como profesionales del Derecho debemos darles a las familias todo el apoyo y la orientación porque nos necesitan.
Procuramos inculcarles una actitud positiva. Tener la posibilidad de verse, incluso virtualmente (algo impensado años atrás), les hace muy bien. De lo que le sucede a alguno, están todos enterados por el grupo de WhatsApp. Si cocinan algo rico, mandan una foto y todos van respondiendo desde el lugar donde se encuentren. Con estos ejemplos, suplantamos lo diario. Hay opciones, siempre.
Creemos que es mejor pensar las mudanzas al extranjero como una posibilidad, como un lugar generador de deseos y proyectos, y no solamente como un sentimiento penoso.
En la vida, es importante la capacidad de andar nuevos caminos, de seguir adelante y sumar nuevas alternativas.
Hoy en día, emigran muchos jóvenes y necesitamos mirar con ambición y ver la aventura de progreso en un mundo que nos abre sus puertas para que las exploremos, una por una.
(*) La Dra. NORMA TOLEDO TORRES, Abogada, Mediadora, Orientadora Familiar y Titular de Familias al Derecho con la colaboración de la Srta. LUCÍA VEREA, Estudiante de Derecho y Asistente de dicho espacio.
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