domingo, 17 de mayo de 2020

SALUD PÚBLICA

CIUDAD DE BUENOS AIRES


COVID19

En la Comuna 11, el virus repica cerca…


En las últimas 48 horas los vecinos de esta comuna nos hemos anoticiado de dos casos que pueden ser emblemáticos porque los portadores de la enfermedad desarrollaban sus actividades laborales en espacios de circulación masiva, como son los supermercados.


El primero fue el día viernes en el Supermercado Disco (Av. Beiró 3560) que lo cerraron temporalmente para proceder a una desinfección, aislaron al enfermo y a sus contactos cercanos. Ayer 16 de mayo desde Agrupación “La Voz del Comercio” del sindicato que reúne a los trabajadores del sector denunciaban a través de un comunicado que “se confirmó un caso positivo de Coronavirus en el Mayorista Maxiconsumo de Villa del Parque. La sucursal se encuentra cerrada para su desinfección y se aisló a quienes tuvieron contactos con el compañero”.

Si bien, estos episodios generan alerta, lo cierto es que las estadísticas en esta comuna y en los barrios aledaños, según el último Boletín Epidemiológico (BES) del Ministerio de Salud de la Ciudad, registran tasas muy bajas de contagio. Del 2 de marzo, fecha en que se detectó oficialmente el primer caso de coronavirus, al 14 de mayo el BES difunde los siguientes datos:
Villa del Parque 21 (1%)
Villa Devoto 28 (1%)
Villa General Mitre 13 (1%)
Villa Santa Rita 17 (1%)
Agronomía 3 (0%)
Villa Pueyrredón 19 (1%)

Estas cifras hay que contextualizarlas en los 18.049 casos sospechosos notificados (del 2/3 al 14/5), de los cuales se confirmaron un total de 2703 casos de COVID-19 en residentes de nuestra ciudad. Y fallecieron 115 personas de las confirmadas.
Dos barrios acumulan el 48% de enfermos confirmados y la multiplicación de contagios en la última semana. Ellos son Retiro con 804 casos y Flores con 435. Dentro de estos barrios la enorme mayoría de los casos se circunscriben a los conglomerados Padre Mugica (ex Villa 31) y Rodolfo Ricciardelli (ex Villa 1-11-14).
Otro foco de contagios masivos preocupante han sido instituciones geriátricas ubicadas en Palermo, Belgrano y Monte Castro.
Si bien desde las autoridades locales informan que estos casos positivos fueron detectados a tiempo gracias a los testeos masivos en las áreas "con mayor circulación del virus", los vecinos del Barrio Mugica denuncian condiciones de hacinamiento, falta de agua y el abandono de G.C.B.A como causales de la propagación de la enfermedad. En el día de hoy falleció Ramona Medina (42 años) quien públicamente y desde las redes del medio de comunicación “Garganta Poderosa” había denunciado días atrás la situación que estaban atravesando. Los cinco integrantes de su familia están infectados e internados de COVID19, incluyendo la pequeña hija de Ramona que sufre una grave discapacidad.

La ciudad tiene alrededor de 55 asentamientos y en la provincia de Buenos Aires superan los 1600. En la gran mayoría de estos complejos las condiciones de habitabilidad son deplorables. La falta de salubridad es una de las condiciones para que este virus como cualquier otra enfermedad contagiosa se replique como “reguero de pólvora”. Atender las urgencias que se dan en estos conglomerados es la premisa básica para que el COVID19 no se masifique.
Por lo tanto, el margen de maniobras para las autoridades es mínimo y el solo hecho de no gestionar con la celeridad que los acontecimientos imponen puede llevar a un desastre.

Estamos en medio de una cuarentena administrada que exige por parte de los residentes tomar todos los recaudos indispensables, desde el distanciamiento social, utilizar barbijos en los lugares de acceso público, lavarse las manos de manera reiterada y cuidados de higiene personal y domiciliaria. También deben atenderse en forma estricta los protocolos de atención en comercios y empresas.
Este aislamiento social, preventivo y obligatorio del cual llevamos 60 días está encontrando formas más laxas debido a que el virus no se ha propagado en forma exponencial pero tampoco puede desconocerse que es por imperio de una realidad acuciante en un país que ya venía con graves trastornos económicos.
Hoy la cuarentena golpea de lleno a quienes solo perciben ingresos si salen a trabajar día a día. Dentro de este universo están desde trabajadores informales hasta monotributistas y también autónomos. No menos preocupante es la posibilidad de supervivencia de miles de empresas que ven quebradas sus cadenas de pago (baste saber que solo en abril hubo 230.000 cheques rechazados) y parálisis total de la actividad en sectores enteros de la cadena productiva. Todo esto tiene su correlato en la imposibilidad de cumplir con las obligaciones más elementales (pago de salarios, servicios públicos, impuestos, contribuciones, tasas, proveedores, alquileres, etc., etc,) y con ello también le va la suerte a miles de trabajadores que ven peligrar su continuidad laboral.
Todo esto es a pesar del enorme esfuerzo que está haciendo el Estado, ya sea propiciando líneas de crédito al 24%, el Ingreso Familiar de Emergencia, las ATP para cubrir parte de los salarios de los trabajadores y los créditos a tasa “0” para monotributistas, entre otras medidas.
Y también es inmensa, silenciosa y titánica la labor que están llevando adelante miles y miles de voluntarios que desde distintas ONGs acercan paliativos a personas en estado de extrema necesidad.

Esta cara de la realidad es poco percibida por quienes aún están recibiendo sus ingresos con normalidad, sobre todo empleados estatales y del sector privado no afectado por el confinamiento. En este conjunto impera la idea que se puede y debe seguir con una cuarentena endurecida como única y principal salida para vencer la enfermedad. Y quizás en teoría tengan razón…
La pregunta que cabe es ¿Cómo?... La fuente de recursos de nuestro Estado -al borde del default- proviene normalmente en gran medida del sistema productivo, que estuvo casi totalmente clausurado en los últimos 60 días y con una actividad mínima la última semana. Fruto de esto, el Estado no solo dejó de percibir una parte sustantiva de los tributos sino que además tuvo que salir al salvataje de miles de PYMES que están al borde del colapso y de empleados del sector privado que están al borde del desempleo. Es el mismo Estado que está alimentando a 11.000.000 de personas en situación de extrema vulnerabilidad y es el Estado que hasta ahora siguió pagando los salarios de 4.000.000 de empleados públicos (total Nación, provincias y municipios).

Por supuesto, quizás haya argentinos que aún piensen que una cosecha podrá salvarnos, o un impuesto extraordinario a la riqueza… o la emisión monetaria, una de las herramientas que puede ser válida en la coyuntura inmediata de esta crisis pero muy riesgosa si se prolonga en el tiempo, por sus consecuencias...

Y quizás también queden algunos ingenuos que piensen que la cuestión sanitaria  puede abordarse de manera independiente de la cuestión económica y social sin que el impacto nos pegue de lleno, más tarde o más temprano a todos.
Digo esto porque aún estamos en medio de un río que no sabemos para donde nos va a llevar la corriente. Si no sale pronto un tratamiento o el virus se debilita, es probable que en algún momento, teniendo en cuenta que aún tenemos el invierno por delante, la curva de contagios se espiralice y los casos crezcan de manera exponencial, con lo cual la cuarentena volverá forzosamente.
Para entonces, será mucho más difícil sostener este statu quo, que ya de por sí es extremadamente delicado.

2 comentarios:

  1. Lo importante es qué hicieron en el disco mientras esperaba el resultado del trabajador infectado. Que no haya estado yendo a trabajar ni él ni todos los que estuvieron en su turno. Porque el disco estuvo abierto hasta ese día de la noticia. Sino todos los que justo compramos un día antes que hacemos?

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  2. La única salida es que como ocurrió con el brote de Ébola en USA, el virus mute, espontáneamente a una forma inocua para los humanos... Estamos en manos del destino.

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