DECISIÓN 2025
ANÁLISIS
LA PRIMERA MINORÍA: EL AUSENTISMO
Pasada la ebullición de los primeros resultados, siempre vale la pena una reflexión que intente desentrañar los mensajes que está dando la sociedad.
¿Cómo votó la comuna 11?
Mientras se fueron desarrollando los comicios, la noticia sobresaliente el último domingo era el ausentismo, al punto, que a las 15 horas y faltando solo tres horas para el cierre, apenas había ido a votar el 40% del padrón. Finalmente, el porcentaje arañó tímidamente el 53,35%.
Entonces, el primer dato fehaciente que conocimos, incluso mucho antes de que llegaran los primeros resultados, fue que la real primera minoría, casi, casi mayoritaria, fue el 47% que decidió no participar de estas elecciones.
Es cierto que la participación nunca alcanza al 100% del electorado y desde el regreso de la democracia, el índice más alto fue en 1983 en las elecciones generales que resultó electo el presidente Raúl Alfonsín (UCR). En elecciones locales, desde que la ciudad pasó a ser autónoma en 1996, el promedio siempre estuvo entre el 73% y 76%, con un pico máximo del 80,1% (2019).
Revisando estadísticas y comparándolas con lo que sucedió el domingo, no encontramos un comportamiento similar desde el regreso de la democracia (1983-2025) ya sea en elecciones nacionales como locales, salvo en 2001. Por aquel entonces, el presidente de la Nación era Fernando De la Rúa y los porteños fueron a votar un 14 de octubre de aquel año, muy poco tiempo antes al estallido del 19 de diciembre que dejó un saldo de 37 muertos en las calles porteñas. En esa oportunidad, se elegían legisladores nacionales. El porcentaje de participación fue alto, rondó 75,47%, pero el voto en blanco (4,7%) sumado al impugnado (24,5%) mostró un descontento del 29,3% del electorado. Poco después nos dimos cuenta que ese había sido el anticipo a “Que se vayan todos”.
Pero hay una diferencia sustancial entre aquella oportunidad y estas elecciones que acabamos de atravesar. En 2001 la ciudadanía mayoritariamente apostó a ir a votar, expresó su disconformidad y si se quiere, su enojo, dentro del sistema democrático, yendo a sufragar. En 2025, el mensaje, al menos de la parte de la población que no fue a votar, parece ser distinto, un poco más complejo, profundo y preocupante. Hace 24 años atrás el fastidio se expresó con un 30% que impugnó el voto o votó en blanco, mostró así el hartazgo por una dirigencia que creía que ya nos los representaba. Fue, si se quiere, una resistencia activa y comprometida con lo que estaba pasando. Ahora, en cambio, la rabia, desilusión, hartazgo y/o desinterés se manifestó a través del ausentismo. Pero no concurrir a votar, que en nuestro país es un derecho y un deber cívico, porque el voto es obligatorio para la gran mayoría de los ciudadanos -excepto para los jóvenes entre 16 y 18 años, para los mayores de 70 y para los extranjeros habilitados a votar en elecciones locales- denota una apatía que no es seguro que haga mella en la dirigencia contemporánea, pero no cabe la menor duda socava la base de sustentación de nuestro sistema democrático y del Estado de Derecho.
Quienes ya tenemos más de cuarenta años y buena memoria, somos plenamente conscientes de lo que significa vivir sin democracia, sin república, con derechos civiles absolutamente restringidos a su mínima expresión y sin derechos políticos que cercenan nuestra capacidad de elegir y/o ser elegidos en la conducción de los diferentes estamentos del Estado. Por eso, más allá de todas las problemáticas que tenemos, que son muchas y de toda índole, más allá de las deudas internas que la democracia no pudo o no supo saldar, desnaturalizar y debilitar nuestro sistema democrático dándole la espalda tampoco parece ser una solución inteligente, por el contrario, va agrandando los vacíos y dejando espacios libres que podrían abrir la puerta a regímenes autoritarios y hasta totalitarios.
Poner toda la responsabilidad en la ciudadanía sería totalmente injusto.
La contracara de este comportamiento es una gran parte de la dirigencia que parece estar encerrada discutiendo y en algunos casos defendiendo intereses totalmente alejados de las necesidades de las grandes mayorías. Ese distanciamiento, hay que decirlo, se hizo visible en esta campaña local y en la falta de proyectos de candidatos que prefirieron "nacionalizar" la contienda, intentando que sea una especie de "modelo" de lo que sucederá en octubre, antes que dedicarse a debatir los problemas y desafíos que tiene nuestra ciudad por delante.
Salvo honrosas excepciones que conocen a fondo la ciudad y se dedicaron a hablar seriamente con los vecinos y acercar iniciativas, la mayoría de los candidatos prefirió inclinarse por frases hechas, slogans vacíos de contenido, y ataques verbales con un elevado tono violento hacia los circunstanciales rivales o minorías vulnerables.
La consecuencia fue la fría indiferencia de los que no se sienten representados.
Pero lo que más asusta es que aún después que el centro de cómputos arrojó los guarismos, la clase política sigue sin estar dispuesta a leer los mensajes que está dando la sociedad.
Esto que sucedió en la ciudad de Buenos Aires en estas elecciones legislativas, no es una excepción, parece empezar a convertirse en una regla que tuvo su preludio en los comicios llevados adelante semanas atrás en las provincias de Santa Fe, Chaco, Jujuy, Salta y San Luís donde los números de participación también menguaron significativamente respecto a elecciones anteriores.
LA FOTOGRAFÍA DE LOS RESULTADOS
Esta elección en la ciudad de Buenos Aires mostró una superlativa fragmentación que se puso en evidencia con las 17 listas de diferentes espacios políticos que tampoco encontraron un primer filtro -como si pasó en otras oportunidades- en las P.A.S.O (PRIMARIAS ABIERTAS SIMULTÁNEAS Y OBLIGATORIAS), porque los legisladores a instancias de un proyecto del Poder Ejecutivo decidieron suspenderlas.
No menos cierto es que la pulverización de “Vamos Juntos” desgranó en una serie de espacios que en esta ocasión eligieron ir separados. Por un lado, el PRO con la figura de Silvia Lospennato encabezando la boleta, Larreta con su nueva alianza “Vamos Buenos Aires”, la Coalición Cívica y UCR – Evolución se presentaron en solitario y Unión Porteña Libertaria que supo estar en ese frente electoral, ya tampoco lo está.
Por su parte, la Libertad Avanza, una fuerza relativamente nueva, tuvo desprendimientos de algunos que otrora fungieron como aliados y en esta ocasión salieron a disputar votos: Ramiro Marra con el sello de la UCeDe, el Movimiento de Integración y Desarrollo que llevó a Caruso Lombardo encabezando la lista, Nueva Generación con Mila Zurbriggen y Remedios para CABA con el sindicalista Marcelo Peretta.
Del lado peronista no se quedaron atrás y aunque Santoro logró congregar tras de sí a la mayoría de los sectores que normalmente conforman el frente, que esta vez se llamó “Es Ahora Buenos Aires” (UP), no pudo evitar el desprendimiento del ala liderada por Juan Manuel Abal Medina que fue con el sello “Justa, Libre y Soberana” y la facción de Guillermo Moreno que se presentó con el partido Principios y Valores con Alejandro Kim a la cabeza.
Los más progresistas exhibieron un abanico variopinto: el Frente de Izquierda Unidad (Vanina Biasi), Confluencia por la Igualdad y la Soberanía (Eva Koutsovitis) e Izquierda en la ciudad (Federico Winocur).
No faltó la lista de Cesar Biondini con el Frente Patriota Federal.
A pesar de toda esta oferta electoral, la mayoría de los residentes nativos y extranjeros que sí fueron a votar, se inclinaron mayoritariamente por cuatro espacios, que fueron los que lograron el porcentaje necesario para transformar a algunos de sus candidatos en legisladores:
- La Libertad Avanza 30,13%
- Es Ahora Buenos Aires (UP) 27,35%
- PRO 15,92%
- Vamos Buenos Aires 8,08%
- Frente de Izquierda Unidad 3,16%
El resto de los espacios políticos quedaron afuera, pero entre todos capturaron el 10,32% de los votos. Sin lugar a debate, la democracia es el gobierno de las mayorías, pero no es un dato menor que este alto porcentaje de la población que no obtuvo representación, de alguna manera se suma a las huestes de los que no yendo a votar tampoco se sienten seducidos por los dirigentes propuestos.
Otra singularidad del domingo fue ver que el mapa de nuestra ciudad cambió sus colores. Entre el 2015 y el 2023 el color amarillo de “Juntos por el Cambio” (u otros nombres que adquirió la alianza), prácticamente teñía a todas las comunas. Esta vez, ese color desapareció por completo y pasó a tener la zona Este, Norte y Oeste (Comunas 1, 2, 6, 10, 11, 12, 13, 14) color violeta (LLA), mientras en el Centro y Sur de la ciudad (Comunas 3, 4, 5, 7, 8, 9 y 15) avanzó significativamente el verde de Santoro - que en elecciones anteriores había quedado marginado a unas pocas comunas del sur.
La composición de la Cámara a partir del 10 de diciembre de 2025 quedará conformada de la siguiente manera:
Esto significa que el Bloque de Unión por la Patria (representado en el gráfico en el habitual color azul que representa a UP) pasará a convertirse en la primera minoría con 20 legisladores, seguido por la Libertad Avanza (14) y luego el PRO (11). Los demás espacios tendrán un total, nada despreciable, de 15 bancas. Esta nueva realidad significa, al menos en los papeles, el fin de las mayorías automáticas que supo tener la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la Legislatura. Ahora, dependerá de la habilidad negociadora del oficialismo para tejer nuevas alianzas que le den una plataforma de gobernabilidad y la capacidad de sacar las leyes que consideren necesarias.
¿Quiénes son los legisladores electos?
La libertad avanza: Adorni, Pelayo, Pakgojz, Freguia, Arenaza, Montenegro, Saifert, Fleitas, Vartabedian, Kienast y Fernández.
PRO:LOSPENATO, LOMPARDI, Alonso, Nieto y Figueroa.
Vamos Buenos Aires: Rodríguez Larreta, Tagliaferri y Ferrario.
Es Ahora Buenos Aires (UP): Santoro, Negri, Mochi, González, Modarelli, Geminiani, Salvaterra, Rosse, Caporiccio e Iañez.
AJUSTE: Biasi
¿Quiénes fueron y/o se sintieron los verdaderos ganadores?
Sin dudas, para la Libertad Avanza, repito, una fuerza relativamente nueva, todas fueron buenas noticias, sacó a nivel electoral el mayor porcentaje de votos, pero además esto se traduce en que será la fuerza que más nuevos diputados incorporará al Palacio Legislativo. Ellos ponían en juego seis lugares y ganaron 11 bancas en estas elecciones, es decir, mantuvieron las seis y ganaron cinco más.
Es Ahora Buenos Aires, pudo retener todas las bancas que puso en juego y ganó dos más. Y el dato más relevante es que se consolidó como la fuerza política con más diputados en la cámara, convirtiéndose así en la primera minoría.
Otro gran ganador y que además se lo vio eufórico en su búnker, fue Horacio Rodríguez Larreta, que por afuera de la habitual fuerza a la que supo pertenecer consiguió nada despreciables 8 puntos que hace que sume tres diputados a los que actualmente ya le responden. Y Larreta sabe que de este modo “Vamos Buenos Aires” puede ser árbitro en muchas decisiones.
Por último, en la nueva composición que tendrá la Legislatura a partir del 10 de diciembre, los otros espacios minoritarios sumarán en total 15 legisladores y al igual que la facción de Rodríguez Larreta, su rol puede ser decisivo para la viabilidad o no de ciertos proyectos.
¿CÓMO VOTÓ LA COMUNA 11?
Como en elecciones anteriores, las comunas 11 (Villa del Parque, Villa Devoto, Villa Santa Rita y Villa General Mitre) y 12 (Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Coghlan y Saavedra) marcaron un récord de participación, aunque dentro de las generales la merma de asistencia también se hizo sentir por estos lares. Así como en 2021 ambas comunas superaron el 77% de concurrencia, en esta oportunidad también quedaron muy por encima de la media, superando el 62% de ciudadanos que fueron a votar.
En la Comuna 11 la fuerza más votada fue La Libertad Avanza. Manuel Adorni obtuvo el 30,51%, seguido por Leandro Santoro (27,12%), Silvia Lospennato (15,23%), Horacio Rodríguez Larreta (8,68%) y Vanina Biassi (3,24%).
Un último dato no menor es que si bien en la sumatoria de los cuatro barrios ganó LLA, cuando se desagrega barrio por barrio, en Villa del Parque y Devoto ganó Adorni mientras Villa Santa Rita y Villa General Mitre la primera preferencia fue Santoro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario