miércoles, 2 de julio de 2014

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

EDUCACIÓN
NOCIONES SOBRE LA AUTORIDAD Y LA FAMILIA EN EL CONTEXTO ESCOLAR
Escribe: HERNÁN DIEZ  (*)

Si tuviéramos que crear una imagen que represente una escena de lo que consideramos educación, probablemente nos encontremos con un grupo de niños, adolescentes y adultos dentro de un contexto institucional definido: la escuela. Sin embargo, mucho antes de que se fundaran las escuelas existía la educación. Aun hoy, hallamos diversas experiencias sociales dedicadas a la educación fuera del contexto escolar tradicional.
La escuela, entonces, es un espacio institucional dedicado a la educación. Como toda institución, las escuelas tienen límites determinados por las circunstancias sociales e históricas en las que se sitúan. Si bien la vida institucional de una escuela de principios del siglo XX dista bastante de lo que son nuestras escuelas en la actualidad, algunos de los aspectos de esa vida institucional que se han preservado a lo largo del tiempo, generan profundas crisis.
Una de las crisis institucionales más importantes que enfrenta la escuela en nuestra época consiste en el desajuste entre la escuela y la familia. Desde que se crearon las primeras escuelas, y durante mucho tiempo, la vida escolar tuvo un correlato con la vida familiar. Como es sabido, la estructura familiar ha cambiado bastante en las últimas décadas y la escuela aun no logra adecuarse a esos cambios. 
Este desajuste entre la vida escolar y la vida familiar coincide con otra de las grandes crisis que enfrenta la escuela: el manejo de la autoridad. La gran mayoría de los adultos que hoy desempeñamos diversas funciones en las escuelas, hemos vivido nuestra niñez o su juventud durante la última dictadura militar; otros, más jóvenes, que no vivieron en esa época, de un modo u otro han asumido una posición frente a los diferentes discursos sociales que dan cuenta de nuestra historia reciente. Los adultos de hoy, quienes tenemos la responsabilidad de educar, orientar y acompañar en su crecimiento a los más jóvenes, intentamos redefinir la noción de autoridad, tal como era entendida durante la dictadura. Sin embargo, todavía no se termina de definir un modelo de autoridad que permita limitar y guiar, con el propósito de contener y fortalecer las aptitudes de los estudiantes. Esta indefinición se manifiesta con frecuencia en posturas extremas ante el ejercicio de la autoridad: o bien no se ejerce ninguna autoridad, o bien se replican modelos autoritarios perimidos: o los límites se desdibujan hasta la desidia, o se estrechan hasta la opresión.
Los modos de correlación entre las escuelas y las familias no se agotan en los cuadernos de comunicados, las reuniones de padres y los actos escolares. Por el contrario, es necesario encontrar nuevos modos de correlacionar la vida familiar con la vida escolar.
Redefinir nuestra noción de autoridad supone un esfuerzo personal importante, pero es también un esfuerzo colectivo del que todos participamos. Es desde ese esfuerzo colectivo, como adultos, que podemos hallar formas diferentes de entender y ejercer la autoridad.

* Hernán Diez se desempeña como docente de Lengua y literatura en escuelas públicas de nivel medio, es tutor y coordinador general en el Instituto Rayuela.

Consultas: 4503.7743  /   15.5048.9727

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